100% conectados: los mejores bares con wifi

 

Las excusas pueden ser de todo tipo. Sos freelance, y querés salir un poco de tu casa para tomar aire fresco y cambiar de entorno. O estás haciendo tiempo entre el gimnasio y la entrada a una reunión. O es domingo y querías simplemente ponerte al día con tus correos mientras tomás un buen brunch en algún precioso lugar de Palermo. En realidad, no importa la excusa: lo cierto es que cada vez es más importante encontrar un buen bar (esto es, con rico café, buenos tés y deliciosa comida) donde relajarse con wifi, pero donde también haya enchufes disponibles y el camarero no te esté mirando con cara de pocos amigos. Es un signo de los tiempos: como muy bien lo remarca el genial comercial del Chevrolet Onix, en este siglo XXI, si estás sin conexión, te sentís completamente desnudo.

Esto también lo saben las mejores cafeterías, que casi siempre cuentan con Internet, pero muchas veces fallan en otros de los puntos, convirtiendo la promesa de una tarde tranquila en un caos donde es imposible trabajar o conectarse. Por eso, acá te pasamos algunas opciones que no fallan.

Starbucks
Empezamos por lo obvio, con la intención de hacer un descargo a favor de esta cadena que despierta tanto fervor de unos como desprecio de otros. Es cierto, no es un lugar donde beber un espresso sino más bien donde tomar esos megavasos con caramelo, leche, crema y etcéteras. También es cierto que muchos de sus locales se llenan de adolescentes gritones. Pero, a la hora de sentarse a trabajar en una cafetería, un factor importante es evitar la mirada torva que nos lanza el mozo/encargado/dueño cuando llevamos unas cuantas horas ocupando una mesa sin haber pedido más que un frapuccino y un muffin. En ese sentido, en Starbucks nadie se toma la molestia de contabilizar tu relación tiempo/consumición. A esto se suma que tienen enchufes estratégicamente distribuidos y sillones cómodos. La clave, entonces, es saber elegir la sucursal correcta. Como, por ejemplo, la de Elcano 3179, tranquila durante todo el día (salvo a las 18, que recibe a los chicos de escuelas cercanas) y tiene patio para aprovechar un rato el sol. Otra piola en el centro: la de Bouchard y Tucumán, casi oculta dentro del edificio República.

 

Delicious
Esta cafetería ubicada en una tranquila cuadra de Recoleta ofrece buen servicio de wi fi, enchufes en las mesas ubicadas junto a la pared y una carta que hace honor a su nombre tanto en los platos salados, simples pero originales y de cuidada elaboración, como en su pastelería. Si la idea es continuar con el trabajo durante la comida, quizás la mejor opción sea alguna de sus ensaladas, que son abundantes, con ingredientes variados y muy buenos aderezos. Pero vale la pena dejar la notebook de lado por un rato para disfrutar sus crepes salados con alguno de sus jugos o granizados. Para la tarde hay golosas tortas, macarons y unas imperdibles trufas de varios sabores, perfectas para acompañar un café muy bien preparado. Es cierto que las mesas están bastante juntas y el pequeño local tiende a llenarse, sobre todo al mediodía, pero se trata de una clientela tranquila que permite mantener la concentración. Laprida 2015.

Tea Connection
Otra cadena que, con sus locales agradables y luminosos, suele atraer a muchos cultores del trabajo móvil. Su carta de sándwiches, ensaladas y platos principales (varían cada estación) ofrece alternativas abundantes de perfil saludable, que se pueden completar con una tetera de alguno de los blends de la casa o alguno de sus nuevos tealattes, en distintos sabores y coronados con una blanca espuma de leche, tentadores en días fríos. La sucursal de Echeverría 2102 tiene un sector de cómodos silloncitos y mesas para dos muy espaciosas, como para desparramar un poco de papelerío, pero como están junto a la vidriera no cuentan con enchufes. En el lado negativo, la atención es muy despareja, y depende enteramente del camarero que toque en suerte.

Laurel
Escondido dentro de la librería-comiquería Moebius, este mini bar compensa la falta de mesas con sobrada buena onda. Atendido por su dueña, que además cocina los caserísimos muffins, galletitas, budines, carrot cake y otras recetas que van surgiendo según dicte la inspiración, es un espacio perfecto para el trabajo por su tranquilidad. Para beber, café Lavazza y también limonada; a la hora del recreo tiene como plus las muestras de artistas emergentes muy bien curados y el interesante catálogo de Moebius para hojear durante un rato. Bulnes 658.

Cocu
El autoservicio es una buena forma de evitar el control de los mozos atentos que puedan considerarnos okupas de bar. El problema es que los establecimientos que trabajan con esta modalidad no suelen ser los más tentadores, pero Cocu es la excepción a la regla. Esta boulangerie palermitana es creación de tres jóvenes franceses. El fuerte son las tartas, ensaladas y sándwiches, más alguna sugerencia del día. Y, por supuesto, todo lo que es vienoisserie, con el pain au chocolat como recomendación especial. Las mesas son grandes, las sillas no son especialmente cómodas pero aceptables. Hay un sector con un silloncito muy tentador, pero es grande y no parece muy educado apropiárselo durante toda una tarde. Malabia y Gorriti.

Anima
Buena ambientación, atención y señal de wi fi, además de cosas ricas para engullir. En Ánima dan ganas de instalarnos allí durante horas, con el único peligro de los kilos que podemos llegar a ganar. Lo mejor es ir a desayunar o merendar. Para los que prefieren arrancar el día con opciones contundentes, recomendamos los huevos revueltos sobre tostada de pan de campo, que se pueden complementar con alguna guarnición. O, en plan más tradicional, una porción de alguno de los budines del día acompañado con un café Nespresso. A la tarde se imponen los dulces, con un festival de cupcakes y muffins que se despliegan sobre el mostrador, y que saben tan bien como lucen. Para beber, una limonada o alguno de los blends de té de Tealosophie. El largo banco que bordea la pared es una buena ubicación para trabajar: con sus almohadones resulta muy cómodo y tiene enchufes a mano. Peña 2665.

Crisol
La esquina de Colegiales ya es todo un clásico del barrio, con una clientela que mezcla gente de la zona con visitantes atraídos por su política bike friendly y su cercanía con la bicisenda. Si tu combustible es el café, éste es tu lugar ideal. Proponen, por ejemplo, el café preparado con prensa francesa, más delicado y sutil, y el tazón de café con leche, con base doble de ristretto y leche bien cremosa. Otro punto destacado es la variada carta de desayunos, que incluyen pancakes, french toasts, granolas, tostadas de diferentes panes y muchas otras opciones. El salón cuenta con una mesa comunitaria que se presta al trabajo en equipo. Detalle a tener en cuenta: al mediodía se llena, incluyendo mesas con madres y chicos que salen del colegio, con lo cual puede ser ruidoso. Freire y Virrey Avilés (tiene otra sucursal en J. F. Seguí 4585, Palermo, que puede ser más tranquila).

 

Por Sandra Martínez

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