La Fiscalía de Valladolid solicita penas que suman veinte años de prisión para los cuatro neonazis acusados de la agresión con arma blanca sufrida en agosto de 2012 por otro joven de idéntica ideología a las puertas del bar ‘Sotabanco’, donde la víctima resultó gravemente herida aunque salvó su vida al esquivar las cuchilladas que, según la acusación pública, iban directas al corazón, y que compartirán banquillo a partir del próximo miércoles, 5 de noviembre.
El juicio se iniciará ese día y, en principio, se prolongará hasta el 7 del mismo mes en la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia de Valladolid, donde los encausados se exponen a penas que en su conjunto suman veinte años de cárcel, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
La pena más elevada, un total de ocho años como autor de un delito de tentativa de asesinato, es la interesada para Emilio J. G. V, soldado de profesión y preso desde el día de los hechos en una Prisión Militar en Alcalá-Meco, sita en Alcalá de Henares (Madrid), mientras que sus compañeros de banquillo, Roberto A. G, Álvaro A. P. y Rodrigo R. del B, se exponen cada uno de ellos a condenas de cuatro años en calidad de cómplices, junto con las medidas de alejamiento de la víctima, en el primer caso por espacio de diez años y de seis el resto.
Además, a Roberto A. G. se le imputa una falta de lesiones sobre un amigo de la víctima, con la petición de diez días de localización permanente y una indemnización de 250 euros, al tiempo que todos los acusados deberían abonar al principal perjudicado, de forma conjunta y solidaria, un total de 30.100 euros por lesiones, otros 28.000 por las secuelas y una cuantía, aún sin determinar, en el supuesto de que el lesionado reciba la declaración de incapacidad permanente.
En el juicio se analizará lo ocurrido sobre las 02.00 horas del día 30 de agosto de 2012 a las puertas del bar ‘Sotabanco’, en la Plaza de San Miguel, a cuyas puertas se encontraba en ese momento Rubén R, de 23 años, en compañía de un amigo, Alberto G. T, cuando los cuatro procesados «siguiendo un plan ideado» por Emilio José G. V, siempre según la tesis del acusador público, acudieron en busca del primero, de la misma ideología, con el que se hallaban enemistados.
Acorralado
En ese momento, el fiscal sostiene que Rubén se vio acorralado y fue entonces cuando el principal inculpado, Emilio José, con la intención de quitarle la vida, objetivo conocido de antemano por sus acompañantes, comenzó a lanzar golpes contra su objetivo armado con un cuchillo o navaja, la mayoría de ellos dirigidos lado izquierdo de la caja torácica, en la que se aloja el corazón.
Sin embargo, el acorralado, que no podía escapar porque se lo impedían los otros tres procesados, logró colocar los brazos de tal forma que pudo escudarse frente a las acometidas de su agresor, aunque sin evitar finalmente resultar alcanzado en el muslo derecho y en el brazo izquierdo, mientras que el amigo que le acompaña sufrió también lesiones leves al salir en su defensa y ser golpeado con un palo de escoba por Roberto A. G.
En cuanto al principal lesionado, este sufrió una herida por arma blanca de 10 centímetros de profundidad en el muslo, si bien la herida más grave es la que afectó a su brazo izquierdo, concretamente la que causó la sección de la arteria humeral que pudo poner en riesgo su vida y que precisó de reparación quirúrgica.
Rubén R. tardó en curar de sus heridas 301 días, 16 de ellos de hospitalización, y sufre graves secuelas que le han dejado prácticamente impedido de su brazo izquierdo.