Unos delincuentes incendiaron la casa de un abogado quien, días antes, asesoró a unos vecinos para que presentaran una queja por el ruido de un bar.
“No tengo duda de que hay una relación de causa y efecto”, manifestó el jurista Edgardo Campos, aunque no señaló a los posibles sospechosos.
El suceso ocurrió la noche del miércoles, alrededor de las 7 p. m., en San Jorge de La Fortuna de San Carlos (zona norte), cuando no había nadie en la vivienda.
Campos interpuso una denuncia ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Según dijo, nunca ha tenido problemas con los lugareños. Por ello, cree que el ataque se dio en represalia por la colaboración dada a los vecinos.
El abogado aseguró ayer que él solo dio consejos a los vecinos, pero que no puso la denuncia.
Dilma Rivera, dueña del bar, alegó que el local tiene sus patentes al día, así como autorización para operar hasta las 2:30 a. m. Comentó, además, que el equipo de sonido está regulado.
La mujer se enteró de que hubo un incendio, pero aseguró desconocer mayores detalles. Afirmó que se está haciendo una persecución contra su negocio.
La vivienda de Campos se quemó en un 80% y las pérdidas ascienden a unos ¢20 millones.
Además, el perro de la familia sufrió por el humo y falleció después en la veterinaria.
Los vecinos dijeron que escucharon dos explosiones y que vieron a alguien correr.
La Unidad de Ingeniería del Cuerpo de Bomberos confirmó que el incendio fue intencional.
“En la estructura, de 131 metros cuadrados, se encontraron acelerantes (no se determinó de qué tipo) y se localizaron dos puntos de origen”, detalló la entidad.
Campos relató ayer que él vive en Heredia. A inicios de año, compró la propiedad de 4.000 metros cuadrados en San Carlos, con el fin de construir una vivienda para ir de vacaciones con su esposa y tres hijos.
En marzo, se concluyó la edificación de la casa.
Según el abogado, desde entonces, algunos vecinos se acercaron para pedirle asesoramiento sobre cómo proceder ante el ruido del bar Los Acostados, ubicado a un costado del cementerio y en donde también se alquilan cabinas.
Los residentes de la zona reclamaron que desde junio habían presentado una denuncia por contaminación sónica ante el director del Área Rectora de Salud de Florencia de San Carlos, pero no habían tenido respuesta.
Gestión. Campos les recomendó presentar un recurso de amparo ante la Sala Constitucional.
La gestión se presentó el 4 de setiembre por Daniel Mora Rodríguez y Rolando Murillo Fonseca, representantes de la Asociación para el Bienestar de San Josecito de Cutris y del Comité de Desarrollo de San Jorge.
Ellos alegaron que había “ruidos insoportables en la madrugada, provenientes de actividades como karaoke, música variada y los clientes”.
La Sala IV consultó al director regional de Salud, José Pablo Molina Velásquez, quien el 11 de setiembre respondió que, luego de investigar el caso, se determinó que el afectado era Campos.
Esa oficina regional indicó, además, que se hizo una visita al bar el 10 de setiembre y que este contaba con los permisos de funcionamiento. Además, advirtió de que se había programado una medición sónica.
El pasado 26 de setiembre, la Sala Constitucional declaró con lugar el recurso de los vecinos y regañó al Área Rectora de Salud por no haber resuelto la denuncia en los tres meses anteriores.
Se intentó conversar con el director del Área de Salud, José Pablo Molina Velásquez; sin embargo, en la oficina se informó de que él no se encontraba y que regresaría el lunes.