La visión empresarial heredada de su padre y el espíritu aventuro que les inyecta su juventud son solo algunos de los atributos que llevaron a las hermanas Carmen Luisa y Carmen Fernanda Valentín a embarcarse en su primera aventura empresarial como propietarias de la tienda de pastelería, Hazel Bar.
El negocio, que abrirá sus puertas al público el próximo jueves, 3 de septiembre, formará parte de la nueva propuesta comercial del centro comercial San Patricio Plaza, en Guaynabo, al que también se unen la apertura del sitio de comida oriental Origami Sushi, en el área del “Food Court”, y el quiosco Live Toons, que ya está operando y ofrece productos como carteras, bultos y monederos de la marca taiwanesa “Jump from Paper”.
Más adelante, en noviembre, se sumará a la nueva oferta comercial el restaurante de mariscos y comida criolla Cayo Caribe, que abrirá en el edificio Galería San Patricio.
Miguel González, vicepresidente de Empresas Caparra, propietaria de San Patricio Plaza, dijo que se trata de una cepa de empresarios puertorriqueños que están invirtiendo y apostando al desarrollo económico del país, generando actividad comercial y creando empleos.
Para Carmen Luisa, estudiante universitaria de tan solo 19 años, y Carmen Fernanda de 24 años, graduada de administración de empresas con concentración en mercadeo, la creación de Hazel Bar se convirtió en ruta obligada dentro de la travesía de llevar su pasión por la confección de postres y su interés de forjarse un futuro propio como empresarias. “Desde pequeñas nos criamos ayudando a mi abuela que tenía una repostería. Siempre nos ha encantado cocinar, hornear y vender. Nos encanta todo lo que tiene que ver con esta industria”, sostuvo Carmen Luisa.
Según explicaron el concepto que desarrollaron se diferencia de todo lo que hay actualmente en el mercado relacionado a la repostería porque se trata de postres únicos con recetas propias donde el producto de la crema de avellanas o Nutella es el ingrediente principal. “Puerto Rico es el segundo lugar de toda América Latina donde más Nutella se consume. Teniendo esto en mente, decidimos confeccionar un menú de postres con Nutella y preparar recetas creativas y poco comunes que se diferenciarán de lo que ya existe en el mercado”, detalló la propietaria.
Entre los artículos que venderán están quesitos, alfajores, tarta de limón, tarta de manzana y tarta de pecan, entre otros, todos con Nutella. Además tendrán una oferta de postres sin azúcar, sin gluten y postres con un valor alto en proteínas.
“Todas las recetas son nuestras y serán confeccionadas en nuestro laboratorio aquí en el local todos los días. En total tendremos una variedad de como 20 postres distintos”, indicó la joven estudiante.
Para ello cuentan con la ayuda del chef de pastelería Agustín Rodríguez, quien estará a cargo de la confección de los postres. En su resumé está el haber laborado en pastelerías fuera de Puerto Rico, específicamente en Nueva York, California y Miami.
La oferta culinaria se complementará con batidas de jugos naturales, té y una selección de bebidas de café confeccionadas con la cosecha 100% local de la Hacienda San Pedro.
Su padre, un empresario de la industria de autos, fue el inversionista que confió en la propuesta comercial y les otorgó el capital de $85,000 que se necesitó para habilitar el local de 538 pies cuadrados, ubicado en el segundo nivel del centro comercial y poder desarrollar el concepto de Hazel Bar.
Apoyo familiar
“Él fue un fiel creyente de nuestra idea. Siempre nos apoyó y nos impulsó a seguir adelante. Él nos dio la ayuda financiera y su consejería, pero nos dejó a nosotras el trabajo de explorar nuestras oportunidades y el desarrollo del concepto del negocio”, expresó Carmen Fernanda, quien antes de formar este nuevo negocio se desempeñó en el negocio familiar con su padre.
A pesar de que fue una “negociación” relativamente fácil, ambas emprendedoras sostuvieron que su papá -como cualquier otro inversionista- les requirió un plan de negocios detallado con todo el concepto de lo que sería el negocio, cotizaciones, proyecciones y gastos.
El vicepresidente de Empresas Caparra se mostró impresionado con el ímpetu y la seguridad de estas dos jóvenes principiantes, quienes se están arriesgando en la edificación de su primer negocio.
“Estas muchachas tienen una energía especial. Cuando hablan de su negocio los ojitos le brillan. Saben lo que quieren y han hecho su investigación. Se ve que tienen mucha pasión por lo que van a hacer y eso para mí, que llevo muchos años en esto, tiene un valor incalculable”, destacó González.
A través de este nuevo negocio, le darán empleo a unas 10 personas, incluyéndolas a ellas, quienes como parte del proceso se certificaron como baristas profesionales en el tema del café.
Hazel Bar estará abierto todos los días de 8:00 a.m. a 10:00 p.m.
Más opciones
Por otra parte, entre lunes y martes de la semana entrante, los clientes del “Food Court” en San Patricio contarán con una nueva opción culinaria con la oferta de comida oriental de la cadena Origami Sushi, siendo este el segundo local que abre la empresa de capital puertorriqueño. El nuevo concepto, que ofrece sushi, platos asiáticos y sopas, estará ubicada en el centro de la plazoleta y empleará a unas 15 personas.
Mientras, se espera que para noviembre abra sus puertas Cayo Caribe, en el edificio de Galería San Patricio. Este sería el segundo local del popular restaurante de mariscos, que abrió hace tan solo unos cuatro meses en Hato Rey.
Sus propietarios Javier González y Rolando Jatib, indicaron que tras el éxito que generó la apertura de su primer local en Hato Rey, decidieron que San Patricio era el lugar idóneo para abrir un segundo restaurante.
Actualmente, se encuentran trabajando en el proceso de permisos para iniciar prontamente la remodelación del espacio, que estará localizado donde antes estaba el restaurante Il Postino.
“Estamos diseñando un local con el mismo tema náutico que nos caracteriza, pero con un aspecto más industrial y moderno. Esperamos invertir sobre $100,000 y emplearemos entre 30 a 40 personas”, indicó Jatib.
En cuanto al menú se mantendrán fieles a lo que ha sido gran parte de su éxito, un menú basado principalmente en pescados y mariscos, así como en platos inspirados en la base de la comida criolla.
“Los clientes podrán venir a comer desde una empanadilla de carrucho por $2, hasta una langosta por $40. Esa misma variedad en precios y en comida es la que nos ha hecho tan exitosos”, aseguró el empresario.