En contados lugares tiene lugar un evento urbano que combine cultura, música y arte hasta la madrugada. Vigo tiene el privilegio de ser uno de esos enclaves. La Noche Blanca, referente cultural para todos los públicos, tuvo lugar ayer en una jornada marcada por la lluvia, pero “nunca choveu que non escampara.”
La Noche Blanca, marcada en rojo en el calendario como la velada de la cultura viguesa, tuvo que hacer frente ayer a un invitado inesperado: la lluvia. A pesar del mal tiempo, las diversas actividades con las que contaba el evento, como exposiciones, visitas guiadas, conciertos al aire libre y obradoiros, supieron hacer frente a las malas condiciones atmosféricas. “A nosotros el mal tiempo no nos frenó nunca, por eso ahora, en medio de la lluvia, hay docenas de personas en los actos que se están haciendo en las calles. Está será la noche blanca de la cultura, con el agua como factor de embellecimiento”, aseguró Abel Caballero, alcalde de Vigo, al inicio del acontecimiento.
Los mayores damnificados por las precipitaciones fueron los actos al aire libre. Algunos de los obradoiros planificados para las 20.00 horas, como el de Intermón Oxfam, tuvieron que ser suspendidos, así como los tenderetes de los comerciantes del Casco Vello, que no pudieron ofrecer sus productos a los ciudadanos. Mejor suerte corrieron los músicos que iban a actuar en las inmediaciones de Príncipe y en la Praza da Princesa, cuyos conciertos fueron trasladados a la Casa da Cultura Galega con el horario previsto.
La nota positiva la pusieron los vigueses, que no faltaron a la cita cultural y destacaron la importancia del evento y el ambiente que se respiraba en toda la ciudad. “Considero la Noche Blanca como una buena iniciativa, ya que la gente de Vigo va poco a los museos y necesita ir más”, explica Lila Pazó, asistente a la exposición Procesalia en la Casa das Artes. “Me parece necesario que exista una fecha en la que se concentre tanta actividad cultural, musical y artística. El ambiente es magnífico”, cuenta Juanjo Nogueira, participante en la visita guiada a la colección de Arte Galega.
La Noche Blanca supone un escaparate para que artistas de todo tipo muestren sus proyectos ante un público numeroso. “La gente siempre responde cuando se le ofrece música, cultura y recintos abiertos. Además, las ciudades están para vivirlas, no para sufrirlas”, afirma Santiago Ferragud, miembro del grupo Xardín Desordenado, que actuó anoche en la Casa da Cultura Galega.