Un hombre de apellidos Crespi Guzmán se sentó en el banquillo de los acusados por los delitos de homicidio simple y calificado contra dos sujetos de apellidos Calderón y Martínez, quienes fueron ultimados en el Bar Toños, en Calle Fallas de Desamparados.

La mañana de ayer el encartado se resistió a salir de las celdas judiciales alegando que se sentía mal de salud, por lo que el tribunal le dio tiempo para que se recuperara y en horas de la tarde se le ordenó que debía enfrentar el inicio del debate. 

Leonel Villalobos, abogado de Crespi, manifestó a DIARIO EXTRA que presentaba un cuadro severo de gastritis que le ocasionó vómito e indisposición.

El tribunal le dio la palabra al fiscal Cristian Quirós, quien leyó la acusación sobre los hechos ocurridos el 9 de agosto de 2014, cuando Crespi en compañía de otro sujeto abordo de un Hyundai Accent llegó hasta el bar donde estaban las víctimas.

Calderón se desempeñaba como guarda y se acercó a Crespi luego de que este lo llamara, a corta distancia le propinó múltiples disparos en el tórax, sin embargo malherido intentó llegar al bar, pero nuevamente los proyectiles lo alcanzaron en la cabeza.

Su amigo apellidado Martínez se encontraba en el interior del establecimiento y resultó mortalmente herido en el tórax, mientras que el pistolero salía del lugar a bordo del carro. 

Después de la acusación manifestó a los jueces que el dolor que le generaba la gastritis le impedía estar en la sala de juicio, por lo que se suspendió y fue enviado a la cárcel de San Sebastián para ser tratado. 

Hoy arrancará formalmente el debate, que está programado para dos días en las salas de juicio de Desamparados.