¿Por qué es tan particular este bar? En su fachada todas las mañanas su dueño saca un altar a Maradona de madera color celeste pálido, con una estampa de su rostro, billetes argentinos, recortes con oraciones al patrono de la ciudad, una estampita de la Virgen de Luján y un mechón de pelo plastificado que según reza el cartel sería de Diego antes de conseguir el primer scudetto. ¿Quién puede dar fe de la veracidad de ese mechón de pelo ahora decolorado por el paso del tiempo y los efectos del sol? Nadie, pero es parte de la mística napolitana.
Muchos turistas pasan por día a sacarse fotos en el altar a Maradona , una antigua tradición napolitana de rendir culto a sus ídolos y a sus muertos. En cada barrio se pueden encontrar prolijos altares incrustados en las paredes de las casonas.
El interior del bar es particular. Mide dos por dos metros, literalmente. Una sola mesa en un rincón, con tres sillas de madera, una barra en forma de “L” con exhibidor y en las paredes no entra nada más, todo es alusión al astro del fútbol. Un recorte de un diario cuya imagen eran turistas orientales tomándose fotos en el altar, a un lado la copia de la portada del diario argentino “Olé” con el título: “Dios dale otra mano”, que aludía a la noche en que Diego fue trasladado en ambulancia en Uruguay, cuando estuvo en estado crítico. En otro extremo, sobre la única mesa del bar un afiche oficial del club con un mensaje navideño donde los jugadores actuales posan con sus camisetas junto al famoso altar que al parecer es una atracción mundial.