Dos hombres y medio regresa a nuestras pantallas con su temporada número 12, convirtiéndose así en una de las series más longevas de la televisión. Sin embargo, parece que ésta será la última tanda de episodios para la telecomedia de CBS protagonizada por Jon Cryer y Ashton Kutcher, por lo que Dos hombres y medio terminará tras más de 10 años en emisión.
Tras el fracaso de su enlace con Rachel por culpa de Lindsey, la vida de Alan volvía a ser como siempre, viviendo de gorra en casa de Walden y encima como un nombre soltero. Si quieres saber cómo ha sido el regreso de nuestros dos hombres, sigue leyendo pero ¡alerta spoilers!
En el primer episodio, Walden sufría un leve ataque al corazón que le hizo replantearse su vida. Se ha dado cuenta de que no tiene a nadie más que a Alan, a Berta y a su mamá y no quiere morir solo, sin importarle a nadie.
Dispuesto a adoptar un niño para tener a quien dejar su legado, Walden acude a una agencia pero, a pesar de que está cualificado, le deniegan la adopción por ser hombre soltero. Como las mujeres terminan abandonándole, Walden recurre a la única persona que siempre está con él y apoyándole, el hombre que le salvó la vida, nada más ni nada menos que Alan, al que le pide matrimonio.
Los guionistas nos dejaron con la duda de si Alan aceptaba la propuesta o no y justo desde ese instante comienza el segundo episodio de la temporada titulado “A Chic Bar in Ibiza”.
Confuso ante la propuesta inesperada, Alan se plantea la posibilidad de ser el marido de Walden, pero primero quiere saber cómo funcionaría la cosa. Walden está completamente seguro de la decisión, Alan reúne casi todo lo que busca en una mujer y él nunca le abandonaría (sobre todo porque sino no tendría a dónde ir y se moriría de hambre).
Aunque estén casados, todo marchará igual que siempre, más de uno hemos pensado que parecen un matrimonio, lo único que les falta es tener sexo juntos. Finalmente Alan acepta la propuesta, ambos contraerán matrimonio y así se lo comunican a la familia.
Alan está muy emocionado con el evento y pretende preparar una boda por todo lo alto, la boda de sus sueños. Sin embargo, Walden sólo quiere firmar los papeles y nada más, es un enlace por conveniencia y no quiere celebrar nada.
Antes del enlace, Walden quiere que Alan firme un acuerdo prenupcial. El tema de las finanzas se vuelve complicado en un matrimonio y el joven Schmidt quiere zanjar el asunto de antemano. Alan se enoja y acaba rompiendo el futuro enlace, ya no quiere casarse, Walden ha destrozado sus sentimientos.
Alan acude a hablar con su madre para contarle lo sucedido. Él no quiere la seguridad financiera que le aportaría estar casado con Walden, sólo quiere que su amigo tenga el hijo que tanto desea y hacerle feliz.
Walden hace lo propio y visita a su madre para explicarle que Alan ha cancelado la boda. Su madre se alegra porque no llega a entender que confíe en un hombre como Alan pero Walden sabe que le debe la vida y que siempre está ahí cuando lo necesita e incluso cuando no. Es su mejor amigo y nadie mejor que él para unirse en matrimonio, ¿tan difícil es de entender?
Finalmente ambos hacen las paces, Alan firma el acuerdo prenupcial y la boda sigue adelante. El feliz enlace se celebra en el juzgado pero Walden le tiene preparada un par de sorpresas. En primer lugar, Michael Bolton acude al enlace para cantar y, en segundo lugar, Walden le dedica unas bonitas palabras a un Alan emocionado (está claro quién es la mujer).
La noche de bodas ha debido ser un auténtico desfase, aunque Alan la ha pasado solo, Walden no recuerda nada de lo sucedido. Las que debieron pasarlo fenomenal son las mamás de ambos que amanecen escapando a escondidas tras pasar la noche con Michael Bolton.
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