No hay nadie que no haya visto el anuncio de la Lotería de Navidad de este año 2014, incluso habiendo pasado solo dos días después de su estreno. Las grandes alabanzas y buenas críticas que ha recibido le han hecho ser el tema más comentado de las redes sociales. Emocional, estremecedor, capta la atención de nuestra mayor pesadilla: no comprarlo donde siempre y que toque. El predecesor de Raphael y Montserrat Caballé ha tocado la fibra sensible de todos y cada uno de los españoles.
Aunque no exento de polémica. Ayer se conocía la noticia de que un director de fotografía que había trabajado en la maqueta de fotografía del aclamado anuncio no había cobrado ni un euro. El hombre, llamado Jon Díez, ha denunciado en su blog que no se le avisó de que, finalmente, la primera maqueta, en la que él había participado, iba a ser la definitiva.
“No vuelvo a trabajar gratis”, dijo el experto en audiovisual. Díez cuenta que llegó a un pacto con la agencia para aportar la idea gratuitamente pero después nadie le avisó para continuarlo. Desde la agencia se han defendido diciendo que las maquetas “solo son elementos teóricos”.
Los que no van a irse de rositas van a ser los dueños del bar donde se filmó el anuncio. La ficción discurre allí y ahora se ha trasladado a la realidad para que el bar ‘La Muralla’ haga su ‘agosto’ estas navidades. Así se llama el establecimiento que da vida a ‘el bar de Antonio’, situado en Villaverde (Madrid), y del que ya se han agotado todos los décimos de lotería gracias a los vecinos, según cuenta El Mundo.
Incluso los propios protagonistas y trabajadores del publicitario se han acercado al barrio madrileño para comprar su boleto. Las supersticiones también han hecho que intenten buscar el número que le da Antonio a su amigo, el 37.254. Hay muy poca probabilidad, casi nula, prácticamente imposible, pero y si toca…