Cuando la mala suerte se ceba con una persona, es difícil que escape de ella. Esto es seguramente lo que pensó Larry Lotter. Se estaba tomando su cerveza diario en el bar que frecuentaba cuando de repente sintió un fuerte dolor en el brazo.
Estaba sufriendo un ataque al corazón y fue en ese justo cuando se desplomó al suelo del bar. Mientras todo el mundo llamaba a la ambulancia, apareció un actor secundario, un mecánico de 32 años, que aprovechó el momento de despiste de todos para robarle la cartera del bolsillo de Lotter.
El ladrón aprovechó el jolgorio que había en el local y se fue a los servicios, donde vació el contenido de la cartera- en la que había algo más de 100 euros. El pobre Lotter ya se encontraba camino del hospital, con un susto en el cuerpo y limpio de toda posesión.
Al parecer, el ladrón y el propio afectado ya se conocían, ya que antes del suceso le había llevado su coche al taller para que le hiciera un cambio de frenos.