ignacio cabanes | valencia

Dos hombres armados con pistolas, que resultaron ser falsas, y con el rostro oculto con unos pasamontañas, irrumpieron la noche del domingo en un bar del barrio valenciano de Ayora. Tras amenazar a las empleadas y reventar la máquina tragaperras, los delincuentes huyeron en un vehículo en el que les esperaba un tercer miembro de la banda. Sin embargo, en su apresurada huida los ladrones se olvidaron en el lugar una de las pistolas falsas que portaban y una mochila con diversas herramientas que presuntamente utilizaban en sus robos y que podrían ser claves en su identificación por huellas dactilares.
Puede que parte de este despiste se debiera a la intervención de un cliente, de origen argelino, que trató de retenerlos en el local hasta la llegada de la policía y que no dudó en enfrentarse a ellos incluso lanzándoles sillas. «Les tiró sillas al coche cuando intentaban escapar y llegó a romper la luna trasera del vehículo», relataba Irene, una de las propietarias del establecimiento.
Los hechos ocurrieron la noche del domingo en torno a las 24.00 horas cuando dos hombres, de origen español según denotaba su acento, entraron encapuchados en un bar de la Calle Ramiro de Maeztu de Valencia. Un tercer cómplice los esperaba fuera en un coche en marcha, modelo Ford Escort. Los delincuentes portaban armas de fuego – aunque luego la policía comprobó que al menos una de ellas era simulada-, un cuchillo y una tapa de alcantarilla.
«Entraron directos, uno a por la caja registradora y el otro a por la máquina. La destrozaron de tres golpes secos con la tapa de alcantarilla que uno de ellos llevaba», recuerda Irene. En ese momento se encontraban en el local dos trabajadoras y tres clientes, uno de los cuales trató de encerrar a los ladrones dentro. Finalmente los delincuentes huyeron en un coche de color verde con unos 400 euros de la caja registradora y la recaudación de la tragaperras. «Con las prisas se dejaron una bolsa con destornilladores y una pistola falsa», apuntó la propietaria.