Jhonathan Raúl Segovia CNP 14131.-
Robert Alexander Palomino Abreu, era un padre de dos niñas, tenía 41 años, vivía en Michelena, estado Táchira, pero sus padres, su familia, sus raíces estaban en la calle principal de Santa Apolonia, municipio La Ceiba al oeste de Trujillo. El hombre tenía cinco días en la región, estaba de visita; hoy ya no está, la violencia criminal se los arrebató.
La victima de la delincuencia era comerciante y hermano del legislador suplente al Consejo Legislativo del estado Trujillo y ex director de Policeiba, Agustín Palomino. Robert Alexander salió de la casa de sus padres por la noche del jueves, 9 de julio, en una vieja pick up Ford 150, color azul, para Sabana de Mendoza, para un bar a tomarse unas cervezas.
El legislador conversó con él esa noche, no quiso quedarse en el centro nocturno, estaba cansado y quería dormir. Su hermano jamás detectó el peligro, y por causas bajo investigación, fue brutalmente asesinado. El hombre tenía impactos de bala y quemaduras en varias partes del cuerpo; hubo ensañamiento.
El viernes la familia amaneció preocupada, Robert no llegó a casa; Agustín el ex policía, salió a dar una vuelta, tenía la esperanza de encontrarlo, sin embargo, todo cambió cuando fue localizada en estado de abandono la camioneta. El vehículo fue precisado en El Dividive, municipio Miranda, a unos seis kilómetros del bar.
Brutal ataque
Robert Alexander estaba desaparecido, pocas horas después, ese viernes, 10 de julio, fueron halladas sus pertenencias en el bar. Agustín tenía un mal presentimiento, a su hermano le había pasado algo. La angustia creció, pidieron apoyo de las fuerzas del orden público que levantaron la alerta de persona desaparecida.
La fe de encontrarlo con vida se desplomó cuando vecinos del sector El Jabillo de Valmore Rodríguez, municipio Sucre, en las cercanías a la carretera Panamericana frente al bar, hallaron un cuerpo quemado y con impactos de bala. El mal olor fue la alerta para localizar el cadáver, que por las características del terreno estaba en proceso de descomposición.
Todo hace presumir que lo mataron para robarlo, sin embargo, la gente del bar tendrá muchas cosas que decir; qué pasó la noche del jueves. Las chicas y el administrador fueron citados a declarar. El Eje de Investigación de Homicidios del Cicpc Sabana Mendoza revisa los hechos en busca de la verdad, y para establecer la escena del crimen.
Por ahora nada está claro, sin embargo, las detectives atan cabos en busca de los asesinos. Para los investigadores es necesario conocer las razones del ensañamiento; hubo resistencia, los matones actuaron bajo los efectos de alguna droga, o existió otra razón. Los peritos de homicidios centran sus pesquisas en los minutos previos en el bar.
Justicia
Por ahora no hay pistas de los verdugos. La familia pide justicia, que los asesinos sean capturados y sancionados; que las causas del crimen sean esclarecidas. Robert Palomino no tenía enemigos, su vida estaba en Michelena, solo vino unos días a compartir con la familia, y no regresa con sus hijas. La delincuencia se lo quitó; justicia es lo menos que merece, expresan con indignación amigos y familiares, quienes revelan que nadie está a salvo en esta selva de concreto fría y violenta.