Un hombre encapuchado y con una pistola atracó en la madrugada de ayer un establecimiento de hostelería en la carretera de Camposancos, en Coruxo. El robo tuvo lugar poco antes de que el local cerrase las puertas y cuando en su interior sólo se encontraba la camarera. El atracador entró por la puerta trasera, una zona con poca iluminación donde dejó el vehículo estacionado, y encañonando a la mujer con el arma le pidió todo lo que tuviera en la caja. El botín ascendió a unos trescientos euros. “Lo peor no fue el dinero que se llevó, fue el susto que no te lo sacas del cuerpo”, explicaba ayer Adrián González, propietario del bar al que le despertaron los gritos de la empleada.
El atraco tuvo lugar poco antes de las doce de la noche. En el bar “O Casarello”, muy próximo a la iglesia de Coruxo, ya no quedaba nadie y la única empleada se afanaba en la limpieza antes de cerrar la puerta. De repente, un hombre con la cara y la cabeza cubierta entró en el bar y encañonándola con una pistola “parecida a la que lleva la Policía”, según explicaba el dueño del bar, “le pidió todo lo que había”.
Fue todo muy rápido, según parece y “no tuvo tiempo de nada. Cogió el dinero y se marchó mientras que la camarera salía a la calle gritando y pidiendo ayuda” mientras que el atracador regresaba al coche que había dejado aparcado en las inmediaciones en una bocacalle, y huía a toda velocidad del lugar. A los pocos minutos llegó al bar las dotaciones de la Policía Nacional que había sido alertada “por los del bar de enfrente, que salieron a la calle cuando escucharon los gritos”.
Al parecer, y según aseguró la camarera “el atracador actuó solo y dejó el coche aparcado aquí al lado para huir después con el botín”. Todo parece indicar que conocía el terreno y la existencia de dos puertas en el establecimiento, lo que le permitía acceder en el interior sin ser visto por las personas que pudieran estar en el otro bar, situado al otro lado de la calle y desde donde se puede ver la entrada.
Este es el primer asalto que se vive en este local, donde aseguran que “esto es tranquilo, nunca hubo problemas y esperemos que no vuelva a haberlos”. Adrián recuerda que “aquí nunca hubo un asalto de estas características. Hace algún tiempo hubo unos robos en unas viviendas de la parroquia, pero los hicieron cuando no había nadie dentro”.
La Policía Nacional montó en diferentes puntos de la zona varios controles para intentar interceptar al atracador, sin que hasta la hora del cierre de esta edición hubiera sido detenido. n