Tribuna , 6:00 am 8, 2014

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CANTINA INTRAMUROS
La semana pasada nos referimos al debate armado sobre la viabilidad de convertir el “corredor turístico y comercial de la calle 59” en una cantina al aire libre, y con claridad expresamos nuestro desacuerdo con quienes sostienen que para atraer más turistas al Centro Histórico, es necesario permitir la venta indiscriminada de alcohol.
Sobre el tema, el administrador del Hotel Misión Campeche (antes Hotel América) y del bar La Chopería, Gaspar Ortega Sélem, sostiene que “una ciudad sin vida nocturna cae en lo aburrido” y casi en tono amenazante, advierte que “no se vale caer en comentarios que pueden frenar inversiones”.
Aquí el silogismo de Ortega Sélem —y de sus simpatizantes o seguidores— es muy simple. Para atraer turistas a Campeche, para que deje de ser una “ciudad aburrida”, pues, hay que convertir a la ciudad en una cantina, y darle una ‘vida nocturna’ que equivale a decir que el progreso turístico equivale a fomentar el alcoholismo.
No faltará mucho para que propongan abrir una zona de tolerancia en pleno Centro Histórico de la Ciudad, pero con base en experiencias de otros sitios (por ejemplo la Zona Rosa de la Ciudad de México) se ha podido comprobar que con la proliferación de antros de todo tipo, surgen también especímenes delincuenciales de toda calaña, lo que llevaría a perder ese reconocimiento que tanto nos ha costado, y que tanto ha redituado en lo turístico, de que somos un Estado, y una de las ciudades más seguras del país.
Peor aún, Ortega Sélem en un afán de defender lo indefendible, llega a la mentira, pues dice que en el hotel que administra no ha tenido queja de huéspedes.
OPINION DE LOS CLIENTES
Los hechos, sin embargo, demuestran todo lo contrario, y para que el amable lector pueda corroborar nuestros dichos, no tiene más que abrir el portal de Internet de Tripadvisor.com, donde se recogen las opiniones de los viajeros sobre hoteles, paquetes vacacionales, agencias de viaje, etcétera, para enterarse de los verdaderos comentarios de los huéspedes sobre ese hotel.
Por ejemplo, una persona que en mayo pasado se hospedó en el hotel Misión Campeche con su pareja, escribió: “Desorganización y ruido. Conocía este Hotel desde hace años, cuando no pertenecía a la cadena Misión, es muy bien ubicado y sigue siendo a buen precio, pero la noche que pasé hace pocos días fue verdaderamente molesta.
Llegando nos comentaron que había solo un cuarto que daba a la calle en la cual hay unas cervecerías (unas de las cuales está directamente conectada al hotel), que hasta la una daban servicio, no fue gran problema y aceptamos, nos hicieron un 10 por ciento de descuento, llegando al cuarto en el pasillo superior había un grupo de turistas comiendo prácticamente a 50 centímetros de nuestra puerta, nos explicaron que como había llovido tuvieron que ponerlos allí, tampoco nos pareció gran problema tratándose de una cena que pronto terminaría, el ruido de la calle terminó bastante pronto así como la cena, sólo el aire acondicionado muy ruidoso nos acompañó durante la noche.
Pero a las 6 de la mañana empezamos nuevamente a escuchar ruido de cubiertos y platos, ¡el mismo grupo de anoche estaba desayunando en la puerta de nuestro cuarto! Lo único que supieron decirme en recepción fueron las clásicas mil disculpas”.
Otro cliente, quien se hospedó el 18 de marzo de 2014 junto con su familia, en el Misión Campeche, redactó. “Muy ruidoso, necesitan renovarse. La primera noche no pudimos dormir por el ruido del Bar La Chopería, que queda en la calle 59, teníamos el ruido justo abajo del balcón. La regadera llena de sarro, una de las llaves del agua no servía. Todo muy viejo y descuidado”.
Otro viajero que se hospedó en febrero pasado y viajó solo, escribió: “Bonito pero ruidoso. El hotel está muy bien ubicado y muy bonito en estilo colonial. Lastimadamente está muy ruidoso! Desde la calle y también del bar! Normalmente no me molesta mucho el ruido, también vivo en una ciudad, pero aquí casi no pude dormir”.
Diana D, de la Ciudad de México, quien se hospedó en diciembre de 2013 en este establecimiento, opinó: “El hotel del terror. Las fotos en Internet mostraban un hotel medio “bonito” y rústico, pero en realidad es feo y descuidado. Además está junto al bar/antro La Chopería. Todo empezó cuando llegamos y tuve que casi pelear para que un bell boy nos llevara las pesadas maletas de dos semanas de viaje a la habitación, luego el cuarto parecía de cárcel, no había toallas para las manos ni para los pies, el olor a humedad era horrible, no servía un foco y el baño estaba sucio, sumado a todo a que estaba nuestro cuarto arriba del bar y cuando nos quejamos del ruido el gerente, quien amablemente tuvo que hacer todos los servicios antes mencionados, nos dijo que el bar lo cerraban hasta las 2 am y no había nada que hacer; luego descubrimos que además no tenía una ventana y eso aumentaba el ruido. El desayuno era terrible, no había nadie que atendiera o explicara, la comida la sirvieron toda en desorden, uno de los días hasta me dejaron a mi sin comer. Cualquier lujo es impensable, shampoo de bolsita, un sólo jabón, toallas manchadas, etc. El servicio es muy malo, no están preparados para atender”.
Finalmente, un comentario más, escrito el 14 diciembre 2013 por un huésped de Monterrey quien tituló: “No se puede dormir aquí. Así de fácil, y tal como dice el título, al ser un Misión, pensé que tendría el estándar de calidad de la cadena hotelera, pero me equivoqué.
Día 1: el cuarto estaba arriba del bar así que fue un infierno “dormir” un poco, y tomando en cuenta que había dormido muy poco un día antes por llegar temprano al avión, pues fue fatal. El baño sin presión, y el agua no muy caliente, y un aire acondicionado muy ruidoso.
Día 2: Pedimos cambio de habitación, y el mismo personal nos dijo ¿por el ruido? Bueno, si ya sabían que esa habitación tenía ese inconveniente y no hay tanta gente… ¿Por qué me pusieron ahí? Pero bueno, la habitación ya al menos contaba con mini split por lo cual quitamos el problema del aire ruidoso, y al no estar tan cerca del bar no se escuchó tanto el ruido pero siguió siendo alto el sonido del bar. Y a las 4:30 am. empezó a sonar cada tres minutos martillazos, sonó como 10 veces, hasta que decidí llamar a recepción y decirles que no estuvieran haciendo “mantenimiento” a esa hora, y oh sorpresa, no había nadie en recepción, decidí bajar y resulta que veo a un señor afuera del hotel por la ventana de la puerta diciéndome que si le abría, que porque lo “habían dejado afuera” le dije que no podía hacerlo por ser sólo un huésped, y siguió haciéndolo hasta que salí por la ventana/puerta de mi cuarto (arriba de recepción) a decirle que ya me dejara dormir, que eran ya las cinco de la mañana y tengo trabajo, y me dijo que él también pero que había salido por un medicamento y avisó que volvía pero que nadie le atendía. Pues termine diciéndole que ese no era mi problema y que yo ¡estaba dormida! Y cambiando el tema, olvide decirles otro detalle de esta nueva habitación… otra vez el baño sin presión.
Si eres de sueño ligero, si eres de los que les gusta el descanso, si eres de los que no tenemos vecino nacos con fiestas y volúmenes altos, si eres alguien que debe estar fresco al día siguiente por una reunión de trabajo, si eres de los que simplemente te enoja que alguien te despierte, ¡No te quedes aquí!
Y bueno, de lo demás, habitación limpia pero debo poner mala puntuación por el baño malo, personal bueno y amable, buena ubicación por ser céntrico pero debo calificar malo porque está en medio de la fiesta total. Y no tiene elevador. Lo peor ¡ruidosooo!”
Hasta ahí los comentarios de quienes se han hospedado en el Hotel Misión Campeche y quienes, evidentemente no coinciden con las teorías de Ortega Sélem respecto a la necesidad de impulsar antros para atraer turistas.
Es de esperarse que su administrador vaya empezando a decidir por cuál de las opciones de servicio que oferta se inclina, si por el del hospedaje y la atención a sus clientes, o en la venta de alcohol a toda hora a los “turistas” que le “dan vida” al Centro Histórico.
AVALAN DEUDA MUNICIPAL
La comisión ordinaria de “Puntos Constitucionales y Control Interno de Convencionalidad”, que preside el diputado priísta José Antonio Quiñoles Loeza, e integran los también diputados Ana Paola Avila Avila (PAN); José Eduardo Bravo Negrín y Miguel Angel García Escalante (PRI), así como el perredista José Enrique Ismael Canul Canul; y la Comisión de Finanzas y Hacienda Pública, que preside el diputado del PRI José Manuel Manrique Mendoza, e integran los diputados Francisco Elías Romellón Herrera y Facundo Aguilar López (PAN); así como Adda Luz Ferrer González y Pablo Hernán Sánchez Silva (PRI), dieron su aval el miércoles pasado, a la iniciativa presentada por la alcaldesa de Campeche, Ana Martha Escalante Castillo, para la contratación de deuda pública por 140 millones de pesos a un plazo de diez años.
El dictamen señala en su considerando VIII, que “Los diputados del Partido Acción Nacional manifestaron su criterio divergente con el sentido de la resolución propuesta por la mayoría de los miembros de estas comisiones, por lo consiguiente, para expresar sus razones, ofrecieron presentar su voto particular, promoción que, en su caso, el original signado por sus autores pasará a formar parte de este dictamen como anexo único, para los efectos procesales conducentes”.
Es decir, la bancada panista no dará su aval a la contratación del empréstito solicitado por la alcaldesa priísta Ana Martha Escalante Castillo, contrariamente a la actitud que en su momento otros diputados del PAN cuando eran los alcaldes emanados de ese partido los que solicitaban endeudamientos similares. ¿Falta de congruencia política o veletismo político? Vaya usted a saber, amable y paciente lector, pues no se puede estar a favor y en contra de un mismo tema en circunstancias idénticas.
Esperamos que en sus intervenciones en la tribuna, cuando el dictamen ya aprobado en comisiones sea sometido al pleno, fundamente en algo más que el hígado sus razones para oponerse al endeudamiento, habida cuenta que, como ya señalamos, cuando se trataba de ediles del PAN no ponían reparo en contratar financiamientos por doquier.
Y claro, tampoco se trata aquí de justificar la decisión de la autoridad municipal de hipotecar el municipio de Campeche para los próximos diez años, ni pretendemos defender a los diputados del PRI y el PRD que no le cambiaron ni una coma a la iniciativa enviada al Congreso del Estado por los asesores de la alcaldesa Ana Martha.
La iniciativa propone que los 140 millones de pesos serán invertidos en 34 acciones de reconstrucción, pavimentación y repavimentación de 34 vialidades en la ciudad, que impactarán en por lo menos 29 colonias populares, unidades habitacionales, barrios y fraccionamientos de la ciudad capital, pero no dice en qué instituciones crediticias se solicitará el recurso y mucho menos cuáles serán las tasas de interés aplicables.
Tampoco se sabe si las 34 obras serán concursadas para que las ejecuten constructoras particulares (hay obras presupuestadas en un millón tres mil pesos la más “barata”, y de 13 millones 717 mil pesos la más cara) o se trabajará con el personal humano y los equipos del Ayuntamiento de Campeche.
Tampoco sabemos el plazo en que iniciarán las obras, y mucho menos cuándo concluirán, pero no parece que vaya a haber muchos problemas para ser validado por el pleno del Congreso.
Baste mencionar que el pasado jueves, el dictamen ya estaba agendado para discutirse en el pleno, e incluso lo habían “subido” a la Gaceta Legislativa, pero de buenas a primeras, y por las presiones del PAN se dio marcha atrás, y se pospuso su discusión y posible aprobación para sesiones posteriores.
Pero de que la deuda va, de eso ni duda cabe.
GARO RECOBRA CORDURA
Sólo unos días bastaron para que el presidente de la Junta de Administración y Gobierno del Congreso del Estado, Edgar Román Hernández Hernández, rectificara el increíble error en que cayó la semana pasada al señalar que él y sus pares tendrían que analizar el asunto de la renovación parcial o total de los consejeros del cuasi fenecido Instituto Electoral del Estado de Campeche, con miras a la integración del nuevo Órgano Local Electoral que prevé la nueva ley en la materia.
Luego de que la semana pasada el abogado Alvaro Arceo Corcuera, consejero jurídico del gobernador Fernando Eutimio Ortega Bernés, con la ley en la mano atajó las pretensiones del consejero presidente del IEEC, Jesús Antonio Sabido Góngora, de continuar en el cargo, incluso hasta el 2018, y de que Garo mostró su total desconocimiento sobre la reforma político electoral aprobada por los legisladores federales, al anunciar que el tema sería analizado, es de presumirse que su cuerpo de asesores lo sometió a algo así como un reingeniería cerebral para que recobrara la cordura.
Así, al término de la sesión de la LXI Legislatura que tuvo lugar el jueves, Edgar Román no tuvo de otra más que volver sobre sus pasos para coincidir con lo que días atrás ya había puntualizado el consejero jurídico de Fernando Ortega, es decir, que los consejeros del nuevo Instituto Nacional Electoral habrán de designar a sus homólogos en Campeche en todas las entidades de la República.
La designación de consejeros electorales locales es una concesión que perdió el Congreso del Estado, ahora es facultad del Instituto Nacional Electoral (INE), así como de que permanezcan o se vayan, admitió el pastor legislativo, al tiempo que rechazó que esto implique pérdida de autonomía —como ciertamente lo han señalado dirigentes de partidos de oposición, entre ellos la panista Yolanda Guadalupe Valladares Valle, para quien la medida implica volver al centralismo, que se creía superado—.
El objetivo es darle mayor transparencia a los procesos electorales, al tiempo que se elimina la duda de que los partidos políticos han tenido injerencia en la elección de los consejeros, matizó el diputado priísta, cuando la realidad indiscutible es que no sólo en nuestra entidad, sino en todo el país, dichos consejos se integraron siempre mediante el reparto de cuotas político-partidistas, lo que muchas veces estuvo a punto del paralizarlos, por los desacuerdos entre los líderes para definir alguna posición vacante, como sucedió recientemente en el caso del Instituto Federal Electoral.
Entonces, como también lo apuntó en su momento Álvaro Arceo Corcuera, los consejeros del IEEC tienen los días contados como tales, aunque tal vez algunos de ellos pasen a formar parte del nuevo Órgano Local Electoral, pero en posiciones secundarias o de apoyo, ya no como protagonistas en la toma de decisiones, ni en la validación o descalificación de los procesos electorales que se avecinen.
Edgar Hernández reconoció también el pasado jueves que “no hay tiempo para realizar foros o mesas de trabajo y discusión, para la armonización de la reforma política electoral, porque el plazo para que el Congreso del Estado y los Cabildos lo aprueben es antes del 30 de junio —y en el caso el Órgano Local Electoral, el INE deberá nombrar a sus integrantes a más tardar el 30 de septiembre—, para que estén en posibilidades de iniciar en octubre el proceso electoral del 2015.
En cambio, lo que sí tendrán que definir los diputados locales es el tema de la reelección de los futuros padres conscriptos por cuatro periodos consecutivos, de tres años cada uno, pues la nueva ley electoral otorga esta decisión a las legislaturas de cada una de las entidades federativas.
PROPUESTA DE ARMONIZACIÓN
La propuesta del Ejecutivo Estatal para armonizar la reforma electoral federal con las leyes estatales, establece la desaparición del Instituto Electoral del Estado de Campeche (IEEC) y la institución del Organismo Público Electoral del Estado de Campeche como autoridad electoral encargada de la organización de las elecciones, que además contará con un órgano de dirección superior, integrado por un consejero presidente y seis consejeros electorales.
Los consejeros electorales estatales tendrán el periodo de desempeño fijado en las leyes generales y no podrán ser reelectos, percibirán una remuneración acorde a sus funciones y podrán ser removidos por el Consejo General del Instituto Nacional Electoral por las causas graves que establezca la ley general.
De igual modo, desaparecen los juzgados electorales y la Sala Electoral del Poder Judicial del Estado como autoridades jurisdiccionales en materia electoral, y se crea la Autoridad Electoral Jurisdiccional del Estado de Campeche como organismo especializado en dirimir las controversias en la materia. Es totalmente independiente del Poder Judicial del Estado y estará conformada por tres magistrados electos por la Cámara de Senadores, y permanecerán en su encargo siete años. Uno será el presidente.
Propone que la jornada electoral se celebre el primer domingo de junio cada seis años para elegir al gobernador y de cada tres años a diputados locales, presidentes municipales, regidores, síndicos y presidentes de juntas municipales.El proceso electoral deberá iniciar la primera semana del mes de octubre próximo, sólo por esta ocasión, pero en los subsecuentes será en septiembre. La jornada electoral tendrá lugar el primer domingo de junio del 2015.
En lo que toca a la reelección inmediata de legisladores locales hasta por cuatro periodos consecutivos y de los ayuntamientos por un periodo, se precisa que aplicará en el 2018, y se incorpora la figura de la candidatura independiente y de mecanismos de participación ciudadana. Por lo que los actuales alcaldes y los que resulten el año próximo, no tienen ni tendrán ningún oportunidad de aspirar a la reelección.
En pocas palabras, sólo cambiarán de nombre a las oficinas. La burocracia será la misma, y el gasto será mayor. La misma gata, pero revolcada. ¿O no?
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