Pero su afán por salvar al público de la apestosa corriente de aire le hizo pasar por alto una regulación muy estricta en la ciudad: las puertas y las ventanas de los bares deben permanecer cerradas desde la media noche hasta el cierre del lugar cuando hay música en vivo, según informó el portal Borderstan.
Los administradores del bar contaron con tal mala suerte que un inspector local visitó el establecimiento justo cuando el baterista buscaba ventilar su ‘fragancia’. El litigio duró varios meses, pero al final primó la ley y Madam’s Organ fue sancionado con la multa a finales de la semana pasada.
“Veinte años sin ninguna violación… La gente es apuñalada o baleada en otros establecimientos; en el nuestro alguien se echa un pedo, abre la ventana y las autoridades gastan un año en esto”, se quejó Bill Dugan, dueño del bar.
Ni la banda ni el baterista fueron identificados.