El segundo premio de la Lotería Nacional dotado con 720.000 euros recayó el pasado sábado en la Administración nº 21, ubicada en la calle Cirilo Moreno de la capital grancanaria, y el azar hizo que ganara el mismo número que hace dos décadas en el mismo establecimiento: el 42.368. En esta ocasión, se vendieron seis décimos a 12.000 euros el boleto. Tres de estos boletos pasaron por el bar Frida, en la calle General Vives, de los que vendieron dos a sus clientes y uno se quedó para ser repartido entre los dueños del establecimiento. Un pellizco que alivia las cortas vacaciones de los trabajadores del Frida.
Caprichos de la vida, el destino quiso que el mismo número que hace dos décadas premiase con 400 millones de las entonces pesetas al segundo premio de la Lotería Nacional volviese a repetir el pasado sábado, durante las mismas fechas que hace 20 años, en el mismo escenario, la Administración número 21, situada en la calle Cirilo Moreno de la capital grancanaria. Esta vez, 120.000 euros a la serie premiaron a los seis afortunados que compraron un décimo.
Tres de estos boletos pasaron por el bar Frida, en la calle General Vives, de los que vendieron dos a clientes y se quedaron uno los socios del establecimiento. “Siempre ayudamos al administrador a vender los boletos, es un amigo nuestro”, comenta Antonio Ochoa, uno de los socios del bar. Un pellizco de suerte que agradecen teniendo en cuenta la época de crisis actual. Aún no han podido celebrar su fortuna, ya que este año apenas cuentan con siete días de vacaciones. “La crisis pega fuerte”, comenta Ochoa, “todos los años teníamos 21 días de vacaciones y este año solo tenemos una semana”.
La vida del bar no ha cambiado desde que salió premiado. Sus trabajadores no han tenido ni un descanso para poder celebrar su suerte pero están contentos de que dos de sus clientes hayan ganado 12.000 euros. “Hubo clientes que les insistíamos en que comprasen el boleto y no lo compraban, y al final, mira”, dice Salvador Alfonso, otro de los socios, que espera celebrarlo con sus amigos cercanos, “sin liar nada grande”, explica.
Cuando uno se entera de que le ha tocado la lotería siempre es algo especial, y no fue para menos para los integrantes del bar Frida. “El que estaba de vacaciones nos mandó un wasap”, comenta Ochoa, que después recuerda que “llamó para dar la noticia”.
Alfonso fue quien se enteró de que habían ganado con su décimo. Lo gracioso del caso “fue que lo miré por el teletexto”, dice Alfonso, que detalla que estuvo atento a la hora que salía por el cambio de horario con la Península. No estaba del todo seguro de que les había tocado, ya que aún tenía ese despiste encima por el cambio de número. “Llamé porque estaba en duda, quería confirmar que era nuestro número, no estaba del todo seguro”, dice Alfonso.
El décimo premiado se lo repartirán entre los cuatro socios del bar y un invitado inesperado. “Los 12.000 euros nos lo repartimos entre los cuatro currantes del bar y Rajoy”, dice bromeando Ochoa, que hace referencia a que “Hacienda gana todas las semanas”, debido al impuesto del 20% que grava desde 2012 los premios de Loterías y Apuestas del Estado superiores a 2.500 euros.
Cambio de número
Por si fuera poco, el bar Frida jugaba hasta hace unos meses a otro número completamente diferente, que nunca tocó. Ni sus propios dueños saben muy bien por qué, decidieron cambiar el número del décimo que vendían del 10.429 al décimo ganador, 42.368. “Justo lo cambiamos por uno que sabíamos que salió ganador hace 20 años por estas fechas”, explica Ochoa.
Sea como fuera, Ochoa dice creer en algo superior. “Existe la magia”, comenta, pero “no la de los magos, no ese tipo de magia”, una especie de ying y yang que equilibra “lo bueno y lo malo”. Su ejemplo gráfico es práctico. “Es el primer año que apenas tenemos vacaciones, y mira, nos toca un décimo”, relata Ochoa, que bromea también haciendo referencia al color de la indumentaria de los camareros del bar: “La roja es de todos, del Santander, la Selección de Fútbol y ahora nos toca ganar nosotros”. La filosofía de Ochoa le lleva a ser optimista. “Después de tantas hostias la vida te lo puede recompensar”, añade. Pero pese a su suerte de esta semana, Ochoa reprocha que otras veces “cogemos 2 boletos para repartir entre cuatro, pero esta semana nos quedamos con solo uno y coge y nos toca el premio”.
Los empleados del bar tienen planeado irse el fin de semana a festejar su buena suerte. “Como aún no hemos hecho nada, más que dar el callo, el fin de semana nos vamos todos al Sur a celebrarlo”, explica Salvador Rodríguez.
Pese a que el número 42.368 ya les ha dado sus frutos, los dueños del bar dicen que no cambiarán el número para los futuros sorteos, de hecho esta semana ya tienen los décimos con el mismo número para ver si repiten suerte el fin de semana. “Si ya tocó hace 20 años, ¿por qué no se iba a poder repetir?”, exclama Ochoa.