El Bocyl publicó ayer el cambio de nombre y deja de ser Matajudíos / El alcalde, Lorenzo Rodríguez, sigue inmerso en un sinfín de proyectos culturales
Castrillo ya no es Matajudíos, sino Mota de Judíos. Con todas las de la Ley, salvo posibles alegaciones que, en todo caso, carecerían de recorrido. El Gobierno regional, a través del Boletín Oficial de Castilla yLeón (Bocyl), lo hizo público ayer. El alcalde del municipio e impulsor de la iniciativa, Lorenzo Rodríguez, esperaba este momento con la misma expectación que la un niño ante el día de Reyes. «La espera se ha hecho larga», confiesa el regidor, que recibió la noticia a primera hora de la mañana con «una felicidad enorme» tras eliminar una ofensiva denominación que se impuso como ‘mote’ en algún momento comprendido entre los primeros progromos -linchamientos- hacia los judíos a partir de 1391 y su expulsión definitiva a manos de los Reyes Católicos en 1492.
La historia del cambio se remonta al 25 de mayo de 2014, fecha clave en la historia reciente de un pueblo que a través de un referéndum decidió desterrar su polémico nombre e indagar en sus raíces. El ‘sí’ se impuso en la consulta, medio mundo se hizo eco de la noticia y Rodríguez se convirtió en embajador dentro y fuera de su tierra.Las muestras de apoyo no se hicieron esperar y en algunos casos la relación se intensificó más allá del reconocimiento. Claro es el ejemplo de la localidad israelí Kfar Vradim, hermanada con el municipio a la espera de su aprobación oficial por parte del Estado de Israel.
Proyectos en marcha
Una vez iniciados los trámites para el cambio de nombre, el Ayuntamiento puso en marcha siete catas sobre los asentamientos de los primeros pobladores judíos de la zona con el objetivo de conocer, analizar y proteger un legado cultural enterrado durante siglos. La segunda fase de las excavaciones, según prevé Rodríguez, arrancará entre «la semana que viene y finales de junio». El proyecto se desarrolla «poco a poco», pues resulta de vital importancia «conservar los hallazgos que vamos descubriendo».
Otro de los grandes planes del regidor, en pleno proceso de captación de fondos, es la construcción de un Centro Sefarad que sirva de referente a nivel nacional. La propuesta, que requiere un apoyo económico importante, ha generado expectación entre las autoridades de Kfar Vradim y del mismísimo Gobierno de Israel. Por ello, Rodríguez aprovechará su próxima visita al país -«en julio o agosto»- para recabar apoyos e impulsar un ambicioso plan que permitirían incentivar el turismo en la zona.
En este sentido, el también diputado provincial pretende que Castrillo entre a formar parte de la Red de Juderías de España una vez concluida la segunda fase de las excavaciones, ya que se trata de un «punto de referencia» para los miles de judíos de todo el mundo que visitan España cada año.
De Castrillo al mundo
El pasado mes de mayo, a fin de promover la elaboración de programas y tejer una red social de conocimiento global de lo que se hace en Castrillo, se creó la Asociación Cultural Mota de Judíos, constituida por 13 miembros fundadores entre los que se encuentran arqueólogos, arquitectos y vecinos del pueblo.
Aún es pronto para hacer balance, pero lo cierto es que los socios están «muy satisfechos» con la acogida que el colectivo está teniendo entre los internautas, ya que según confiesa el regidor, «estamos recibiendo muchas solicitudes de personas que quieren ser socios».
El estreno de Rodríguez en la Diputación Provincial
A partir de ahora, Lorenzo Rodríguez compaginará sus funciones como alcalde de Castrillo con la portavocía de Ciudadanos en la Diputación. Y lo hace manteniendo la postura oficial de su partido: la desaparición de las diputaciones, ya que suponen una «duplicación de trabajo». No obstante, se muestra dispuesto a «luchar» por los pueblos pequeños para que «estén más representados».
Respecto a Castrillo y la falta de fondos de la Comisión de Cultura para sufragar sus proyectos, Rodríguez espera que «recapaciten» ante la necesidad de «defender los recursos históricos». Así se lo trasladó ayer al presidente provincial, César Rico, a quien verá muy a menudo durante los próximos cuatro años.
Aunque no le compete, resulta imposible no preguntarle los ‘vaivenes’ de su formación en el Ayuntamiento de Burgos. El portavoz no elude la pregunta y responde que «las aguas van a volver a su cauce». Y de forma más concreta, señala que «todo el mundo puede opinar», pero «hay que respetar las mayorías».