El tradicional bar de tapas españolas Piel de Toro se expande. Este jueves, la “taberna” abrirá las puertas de un nuevo local, emplazado en una zona clave: Oroño y Güemes. Allí, en la planta alta del bar BeatlesMemo, lugar donde funcionaba el restó Farina, Piel de Toro inaugura su nueva casa.
Después 14 años en la vieja casona de Italia 143, Piel de Toro es hoy un clásico restaurante destinado a los platos españoles. Ahora, sus socios proyectan replicar la misma propuesta en el barrio de Pichincha, área gastronómica top de la ciudad. “La idea es ofrecer un espacio similar al bar original, que hace hincapié en una carta de tapas pero sumándole una oferta de coctelería, una de las características distintivas de la zona”, explicó a punto biz Federico Sessarego, uno de los titulares del restó, sobre el desembarco de Piel de Toro en un sector estratégico que cuenta de jugadores fuertes del mercado como Rock Fellers o Jhonny B Good.
El nuevo bar estará ubicado en la segunda planta del inmueble donde funciona BeatlesMemo, una casa antigua que antes albergó a otros locales, también gastronómicos, como Félix y Farina restó. “Mejoramos los pisos, las paredes, invertimos en decoración y pusimos especial atención en la iluminación de los espacios”, describe Sessarego con respecto a los trabajos de puesta a punto del lugar que ya llevan varios meses.
La segunda sucursal de Piel de Toro tendrá una capacidad para 120 cubiertos, barra de tragos, salón verde (con plantas), área principal, y una terraza al aire libre con vista al boulevard Oroño. En principio, el bar estará abierto de miércoles a domingo, por la tarde-noche en el tradicional horario de “after office”. Aunque no es un lugar para bailar, sí habrá “buena música”, otra de las claves de la nueva propuesta.
“Apuntamos a trabajar con el mismo público del local de Italia 143, que es un público muy heterogéneo; vienen desde matrimonios grandes, parejas jóvenes, hasta todo tipo de grupos de amigos”, opina el emprendedor, que también espera sumar nuevos clientes que habitualmente frecuentan el corredor gastronómico de Oroño.