Quedó ayer en evidencia que cuando al Barcelona se le planta enfrente un equipo grande, pues no la pasada nada bien. Le ocurrió frente al Paris Saint Germain (2-3) primero, y ahora ante el Real Madrid (1-3). Claro que ante los rivales de menor entidad, el Barça ha sumado triunfo tras triunfo, exceptuando el empate frente al Málaga. Pero antes en París como ahora en Madrid, cuando enfrente ha tenido un adversario fundamentado, se le han visto fisuras a un equipo que está evidentemente en formación.
El de ayer resultó el segundo partido grande para el Barça y segundo batacazo. Si ante el PSG por Champions se le desnudaron algunas dudas, frente al Real Madrid se demostró que el equipo del triatleta Luis Enrique es menos Barça cuando hay un rival de enjundia enfrente. La explicación del entrenador fue la siguiente: “Las valoraciones hay que hacerlas a final de temporada. Ante el PSG merecimos mas, hoy fue otro partido diferente”. Pero resulta que el Barcelona no manejó el partido en el Bernabéu y dio sensación de inferioridad, sobre todo tras el descanso. Luis Enrique se quejó por los goles recibidos, de los errores y solo se le oyó alabar en sala de prensa “el buen partido de Luis Suárez”. Y agregó: “Es una derrota que deja la idea que hay rivales mejores que nosotros. Hay que paliar los errores”. Y cerró remarcando que “dejamos de generar ocasiones pero debido al rival. El segundo gol es de estrategia y el tercero es un error nuestro. Las contras nos han hecho daño”.