La realidad marca, en la previa, que las condiciones se fueron inclinando a favor de Argentina en esta serie de Copa Davis que lo tendrá enfrentando a Israel. A ver, repasemos: de la posibilidad de jugar en Tel Aviv y en medio de un público hostil; la serie se terminó trasladando a una sede neutral. Entonces, la ITF e Israel acordaron que Sunrise era una muy buena opción; y a pesar de la carpeta y la elección de pelotas por parte de los europeos, el viaje corto del US Open a La Florida, termina siendo un muy buen punto a favor.
Sigamos. La lesión de Juan Mónaco le dio a Martín Jaite la chance de sumar rápidamente a Federico Delbonis, quien por méritos anuales debía ser el cuarto. Y continuando, la baja del segundo singlista israelí Amir Weintraub, por lesión, pone al juvenil Bar Botzer con la presión de abrir una serie. Todo esto debe aprovecharlo Argentina para barajar y dar de nuevo: agradecerle a Jaite las dos semifinales, olvidar las polémicas generadas, “limpiar” el vestuario, llamar a Juan Martín Del Potro y consultarlo a futuro. Nada más que eso.