Por: Tusemanario.com
BOGOTÁ. El control del ruido que producen los bares para que estos no excedan los niveles permitidos, al menos en las zonas autorizadas por el Distrito para cerrar a las 5 de la mañana los fines de semana, comenzará a hacerse local por local y no por sectores.
Hasta ahora, los ocho puntos de las cuatro localidades que cuentan con rumba extendida desde el pasado 25 de julio eran monitoreados conjuntamente con el ánimo de evitar que cada uno de estos establecimientos superara los 60 decibeles, máximo volumen permitido en el horario nocturno.
Pero con esta idea la Administración Distrital busca que se respeten los compromisos pactados con los propietarios de bares (en cuanto a ruido, prohibición del ingreso de menores de edad, licor adulterado y cero riñas) para hacer parte del proyecto de extensión horaria. (Lea también: Excluyen tres zonas de rumba ampliada en Suba por ruido).
Aunque, asegura el Distrito, han sido pocos los sitios que no han respetado los pactos, algunos de los 28 locales avalados en la localidad de Suba si los están incumpliendo.
Según Jonathan Nieto, subsecretario de convivencia y seguridad ciudadana, todavía no se ha decidido a bares se les quitaría la autorización para funcionar hasta las 5 de la mañana y cuáles definitivamente deberán cerrar por incumplir de manera reiterativa.
“No se han sacado zonas todavía; hay una evaluación de la localidad de Suba porque algunos no están cumpliendo con respecto al ruido. El viernes se sacará una resolución con los locales que cumplen, incluyendo sus nombres, para que puedan seguir con la fiesta segura. Además, tendrán stickers para diferenciarlos”, aseguró Nieto.
Salen algunas zonas
Así como lo estableció el Decreto 310 del 2014, con el que se puso en marcha la medida, la Secretaría de Gobierno puede decidir, en el camino, qué zonas quedan por fuera.
Aunque la mayoría de los 263 sitios autorizados, según la Administración, están cumpliendo, no se descarta eliminar algunos puntos, a los que se les ha dado un plazo de hasta tres meses para cumplir los compromisos.
Pese a que hay quienes consideran que la estrategia de controlar el problema del ruido bar por bar ayudaría a ponerlos en cintura y obligarlos a cumplir con la normativa, también consideran que la falta de herramientas de las entidades impide que el plan funcione en la capital.
Por ejemplo, para Sebastián Senior, investigador en derecho ambiental de la Universidad del Rosario, “si la Secretaría de Ambiente y las alcaldías locales hasta ahora no han sido capaces de controlar el excesivo ruido por zonas, dudo de que tengan la capacidad técnica para controlarlo local por local”, dijo.
Y agregó que el trabajo no solo es de las entidades. “El control del ruido va más allá de estar por debajo de los decibeles permitidos; los sitios deben estar insonorizados y tener algunas modificaciones dentro del lugar, como la ubicación de parlantes”, explicó.
Por su parte, la Secretaría de Ambiente puede multar los sitios que excedan los niveles de ruido hasta con 5.000 salarios mínimos legales vigentes.
—
Por: www.eltiempo.com