Adrián Barreto/SIPSE
PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Pocos se imaginarían que un tal Salvatore Lucania dio nombre a un bar de la Quinta Avenida, que además está ambientado con utilería y mobiliario que, si se pone atención, transita en el mood neoyorkino de la primera mitad del siglo pasado, e incluso ofrece un viaje en el “subway” con las estaciones más emblemáticas de una de las ciudades más famosas del mundo, y en cada parada hay que “echar trago”.
En realidad, Salvatore Lucania fue mejor conocido como Lucky Luciano, uno de los gánsters italianos más famosos de la época. El bar fue diseñado por encargo, a una empresa del Distrito Federal, y trataron de que su planta baja emule los sótanos donde clandestinamente, Luciano vendía alcohol de contrabando.
El concepto es prácticamente igual a Lucky que se ubica en avenida Mazaryk, en Polanco, Distrito Federal. Son los dos originales, no hay otro de la firma.
“En el caso de aquí, tenemos una pared que da la sensación de que está descuidada, tenemos muebles viejos, barrotes en el techo, un rak que parece una cava vieja, en la barra está un enrejado, que es como están las casas típicas de Nueva York”, dice Miguel Conde, gerente de Relaciones Públicas.
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Un bar con historia
Antes de ser Lucky Luciano, la esquina de calle 28 con Quinta Avenida era un restaurante francés, y hace cuatro años, cuando se hizo el nuevo concepto, se decidió conservar el árbol que nace del “sótano” y florece en lo que parece ser la planta baja de una casa neoyorkina, y que en realidad es la parte alta del bar.
Cada jueves, Footprints Jazz Quartet, conformado por Antonio Noguez, en el bajo; Elizabeth Lagier, en el piano; Alfonso Miranda, en la batería; y Bárbara Mansukhani, en el sax, flauta y clarinete, ofrece un recital para el árbol, al que muy seguidamente lo acompañan los invitados de la casa, y a los que los meseros llaman “el respetable”.
Para los amantes del jazz, este lugar ha sido un escaparate y una sorpresa. Ahí hizo un “jam” hace unas semanas Víctor Wooten, uno de los bajistas más reconocidos del jazz contemporáneo, y que incluso tocó en 2012 en el Riviera Maya Jazz Festival, al que se ha sumado el Lucky de manera más activa, al formar parte de los lugares que ofrecen descuentos durante la realización del festival.
El concepto del restaurante bar engloba a la cultura italiana y norteamericana. La especialidad de la casa es pizza sin orilla, pero también hay hamburguesas: el Nueva York de la primera mitad del siglo pasado.
“Cada coctel tiene el nombre de una de las estaciones del metro más importantes de Nueva York, por ejemplo Queens, que lleva piña y chile serrano, o Harlem, que lleva mezcal y chipotle, lo que tratamos es que haya un viaje en cocteles, no apto para tomarse en una sola noche, el chiste es que vengan a seguir el viaje en otra visita”, dice Miguel Conde.
Un bote antiguo de Nueva York, sombreros del siglo pasado y hasta una secadora de pelo de los años 60, rematan el toque retro del lugar, al punto de que si alguien llega vestido de tirantes y chaleco, no se sentirá fuera de lugar.
Lucky Luciano tiene entre 20 y 25 colaboradores, entre la barra, la cocina, y los meseros, aunque en temporadas fuertes, las fuentes de empleo tienden a crecer, a lo que se suman los músicos de jazz, el dueto acústico del lunes, el dj del martes y los actores del show de comedia de los miércoles.