Una madrugada insegura vivieron varios comercios de Tucumán, cuando ladrones ingresaron luego de romper las vidrieras. En dos casos lograron atrapar a los ladrones in fraganti. El primer robo ocurrió temprano, el martes a la noche. Juan José Ceballos cerró las puertas de la forrajería de su propiedad a las 22 y se retiró a su casa para descansar. Cinco minutos después, recibió la llamada telefónica de un amigo que pasaba en auto por el local, ubicado en avenida Sáenz Peña y Lavalle. Le dijo que, cuando se detuvo en el semáforo, vio a un delincuente que intentaba entrar al negocio.

Ceballos llamó a la Policía y corrió hacia el local, que funciona a la vuelta de su casa. Cuando entró, se encontró con el ladrón. “Estaba escondido detrás del mostrador”, recordó el comerciante, que retuvo al delincuente hasta que llegó un patrullero, pocos minutos después.

El ladrón había forzado una reja y destrozado un vidrio para ingresar a la forrajería. No había tenido demasiado tiempo para robar otras cosas y sólo había atinado a esconder entre sus prendas de vestir todo el dinero que había sacado de la caja. Los billetes fueron descubiertos por los policías que lo requisaron.

“Me dijeron que es un tal ‘Colorado’. La Policía ya lo había detenido hace cinco días cuando entró a robar a otro negocio en la zona de la Quinta Agronómica”, contó Ceballos.

Con un mecanismo similar, ya había ingresado un ladrón a esa forrajería hace dos meses. El dueño del local está convencido de que se trata de la misma persona. “La vez pasada encontré una muda de ropa y un paquete de ‘Lucky Convertibles’. Anoche había de nuevo una muda de ropa y los mismos cigarrillos”, comentó el comerciante.

Después de que le rompieran dos ventanas para robarle, Ceballos necesita $ 6.000 para reponer esos vidrios. “Te arruinan, ahora tengo que trabajar para él”, dijo el dueño de la forrajería, resignado.

“No conozco a un vecino de por acá al que no le hayan robado, es zona de nadie”, agregó Ceballos.

Huellas de sangre

Los policías esposaron al delincuente y se lo llevaron a la comisaría. Pero se cometieron tres robos más, uno de ellos a media cuadra de la Plaza Independencia.

El hecho fue descubierto a las 6, cuando la encargada de un bar para celíacos que funciona en Laprida 190 llegó a su lugar de trabajo. “Había sangre en el piso y en los muebles”, comentó la mujer, que pidió reservar su identidad. Todo indica que el intruso se lastimó cuando, tras romper los vidrios que lo cubrían, atravesó un rectángulo de 20×40 centímetros aproximadamente. “La Policía dijo que debió ser alguien de no más de 17 años porque el espacio es chico”, dijo la mujer, sorprendida.

El ladrón se llevó un botín por un valor estimado de $ 25.000, que consiste en un molinillo de café, una tostadora, un equipo de música y varios artefactos de la cocina. “Hoy es un día perdido, sin el molinillo no puedo trabajar”, comentó la encargada.

El bar fue inaugurado hace casi dos meses. “El local es nuevo y hay cosas de seguridad, como las rejas, que todavía no se pudieron hacer porque no alcanzó la plata”, explicó. Un robo similar había ocurrido el domingo 3 de mayo a la madrugada en un bar ubicado en Congreso primera cuadra.

El tercer robo fue en calle Belgrano al 600, en El Manantial, en un galpón de la empresa Telecom. Alrededor de las 3.30 un vecino advirtió que habían ingresado sospechosos al lugar. Cuando llegó la Policía, sorprendieron a un joven de 23 años que ya había preparado para llevarse un matafuegos y un casco de seguridad.

Además, durante la madrugada de ayer ladrones rompieron la vidriera de una veterinaria ubicada en avenida Juan B. Justo al 1.100 y se llevaron una balanza y medicamentos, comentaron fuentes policiales.