Un peligro latente para todos, ya que según el sitio Sin Embargo, almacenes de prestigio como Soriana, Chedrahui, La Comer y Walmart venden bebidas alcohólicas que violan la Norma Oficial Mexicana de Emergencia.
Los centros nocturnos, bares y cabarets de las pasadas generaciones, se convirtieron en antros. Las fiestas, tardeadas y bailes, en reventones. La cuba libre, la chela y el jaibol, ahora fueron relevados por un Perla Negra, una gomichela, o un shot de cualquier clase de licor.
El riesgo de los antros y de los bares es la calidad de los licores con los que se preparan las bebidas. Los antreros atraen a los jóvenes con bebidas de bajo precio y potente efecto, y mezclan brebajes energéticos como el Red Bull o Boost, con vodka o ginebra.
En México, según la Cofepris, se venden 25 millones de litros de alcohol falsificado, en el comercio informal, en antros y cantinas, e incluso en restaurantes de prestigio. Es un mercado pirata que ha crecido con la complicidad de inspectores y autoridades que se hacen de la vista gorda.
El consumo de estas bebidas apócrifas, puede provocar dolor de cabeza, vista borrosa, ceguera temporal, mareos, convulsiones, náuseas, dificultad para respirar e incluso llevar al bebedor al estado de coma.
Los consumidores frecuentes de bebidas alteradas pueden con el tiempo padecer daños en el cerebro, el corazón, el hígado y el páncreas.
Los propietarios de los bares y antros buscan la manera de hacer más rentable el negocio y enfrentar a la competencia. En Tepito y otros lugares de venta ilegal, se puede adquirir toda clase de botellas de “marca” hechas en casa. Hay varias formas de adulterar una bebida alcohólica y existen técnicas para rellenar botellas, ponerles etiquetas y hacerlas lucir como nuevas para venderlas en antros y en tiendas de vinos y licores.
Muchos viejos cantineros se saben muy bien las mañas. Hay que aprender a sacarle la canica a las botellas importadas con un clip para llenarlas de alcohol barato. También son expertos en reponer los sellos de seguridad y hallar el momento adecuado, en el que los clientes ya están borrachos para cambiar lo que consumen sin que se den cuenta.
Le peor es que gracias a la corrupción y la ineficiencia de los inspectores, el mercado ilegal crece cada año y el alcohol adulterado es un negocio que compite con la piratería en otros rubros como la industria textil, la farmacéutica, la de alimentos y bebidas y la electrónica.
Y no crean que las bebidas adulteradas son exclusivas de los niveles socioeconómicos bajos. Las bebidas pirata pueden llegar a los centros comerciales, a las tiendas de autoservicio y a los más sofisticados centros nocturnos.
Entre el 40 y el 60 por ciento de las botellas que se venden en establecimientos formales, son adulteradas, de acuerdo a la Profeco y las Cámaras de la Industria Tequilera y de la industria de vinos y licores.
Un peligro latente para todos, ya que según el sitio Sin Embargo, almacenes de prestigio como Soriana, Chedrahui, La Comer y Walmart venden bebidas alcohólicas que violan la Norma Oficial Mexicana de Emergencia.
¡Digamos salud!, es una excelente costumbre, pero primero hay que estar seguros que no estamos brindando con metanol, colorantes para el cabello, saborizantes no potables, derivados del petróleo o la estricnina, con la que se produce el veneno para ratas.