Lenguaje de auténtica diputada
Tedeo, piadoso muchacho, se casó, y le preguntó al padre
Arsilio si hacer el sexo es placer o es trabajo. En
el caso de que fuera trabajo no le haría el amor a su
mujer en domingo, pues no se debe laborar el día del
Señor. El sacerdote le dijo que en su opinión hacer el
sexo constituye un trabajo, motivo por el cual no debería
practicarlo en día domingo. Al muchacho le quedó
cierta duda, y fue con su padre en busca de una segunda
opinión. Le preguntó: “Papá: el sexo ¿es placer
o es trabajo? Don Arsilio dice que es trabajo”. “Está
completamente equivocado -manifestó el señor-. El sexo
es placer. Si fuera trabajo tu mamá se lo dejaría a
la criada”. Don Algón, próspero ejecutivo, se molestó
bastante cuando un pordiosero le pidió 100 pesos para
un café. Le dijo con disgusto: “En ningún restorán
un café cuesta 100 pesos”. “Es cierto -reconoció el pedigüeño-.
Pero es que me gusta dejar buenas propinas”.
Yejudo Sterno, violinista callejero, realmente es un
romántico. Cuando ve que dos perros están follando
en la vía pública inmediatamente suspende la melodía
que en ese momento interpreta y empieza a tocar
para ellos “Bella Notte”, el tema musical de “La dama
y el vagabundo”, de Walt Disney. En verdad no me explico
la pertinacia de los indignados que levantaron
firmas para solicitar que Carmen Salinas, primerísima
actriz del teatro, el cine y la televisión de México,
sea expulsada de la Cámara de Diputados. Ciertamente
la señora no fue electa en las urnas: llegó a su curul
por una de esas sapientes decisiones -algunos las llaman
“dádivas”- de su partido, el PRI. Sin embargo doña
Carmen merece el respeto de las redes sociales, siquiera
sea en consideración a su edad. No fueron lejos
por la respuesta los solicitantes. Con lenguaje de auténtica
diputada la artista les dijo a sus malquerientes
que se metieran sus firmas por vaso no idóneo (“por
el trasero”, dijo ella), y además les hizo la seña que en
lenguaje castizo se llama pintar la peineta o mostrar
el dedo vulgar. Esa señal consiste en cerrar el puño al
tiempo que se levanta el dedo medio o cordial, y sirve
para indicar desprecio. Digo que no me explico el enojo
de los abajo firmantes, pues fuentes bien informadas
me aseguran que Carmen Salinas es lo más serio
-por no decir lo único serio- que hay actualmente en
la Cámara de Diputados. Moderen su irritación los indignados,
y reconozcan que la diputación que detenta
esa señora es el resultado del vicioso sistema de partidos
que existe en el país, y el espejo fiel de la calidad
de la casta política bajo la cual vivimos los mexicanos.
Tres individuos estaban en un bar. Dijo uno: “Deberíamos
ir a la cantina de mi barrio. Ahí la hora feliz es de 5 de la tarde a 9 de la noche”. Dijo el segundo: “Deberíamos
ir al bar de mi colonia. Ahí las bebidas son al dos
por uno a cualquier hora”. Dijo el tercero: “Deberíamos
ir a un bar del cual oí hablar. Ahí las bebidas son gratis,
y a la hora del cierre siempre hay alguien con quien
puedes hacer el amor en el estacionamiento”. Los otros
se quedaron estupefactos al escuchar aquello. Preguntó
uno: “¿Quién te habló de ese bar?”. Respondió el tipo:
“Mi señora”. El obsequioso mesero le preguntó al cliente:
“¿Cómo encontró su filete el caballero?”. Contestó el
señor: “Me puse los anteojos”. Alguien le preguntó a Babalucas:
“¿Por qué tu iPad tiene pegadas esas estampillas?”.
Respondió el badulaque: “Es que hoy en la mañana
envié un correo”. Los tripulantes del submarino
se inquietaron al sentir en la nave extrañas sacudidas
cuyo origen no se pudo determinar. Pasaron unos meses,
y cierto día el submarino disparó un torpedo. De
inmediato una ballena macho empezó a repartir puros
entre sus amigos. Un encuestador le preguntó a Afrodisio
Pitongo: “¿Le habla usted a su mujer en el momento
del amor?”. “No -respondió el salaz sujeto-. Es de mala
educación usar el teléfono en ese momento”. ¿En qué se
parecen una cámara fotográfica y un preservativo? Los
dos capturan ese momento mágico. El marido le propuso
a su mujer: “¿Qué te parece si esta noche cambiamos
de posición?”. “¡Fantástico! -se alegró ella-. ¡Tú lavas los
platos de la cena y yo veo el futbol en la tele!”. FIN.
El autor es licenciado en Derecho y en Lengua y Literatura Españolas,
y cronista de Saltillo.
Fecha de Publicación:
17/09/2015