Pequeño, acogedor y muy familiar, así es como definen Manuel Gutiérrez y María Ángeles Herrero su bar del Alisal, ‘El Soplao’, «en homenaje al padre de Manuel, natural de Rábago que trabajó en las minas de la Florida». Un negocio que comenzaron a regentar el 22 de diciembre de 2007, con la misma ilusión que si les hubiera tocado el ‘Gordo’.
El pasado mes de octubre, y tras presentarse por primera vez, el jurado del III Concurso de Tortillas de Santander les otorgaba el primer premio por su tortilla con virutas de cecina. Realmente espectacular, bien doradita y con una base de cebolla muy pochada, que apenas le resta sabor a la patata.
Marián, en la cocina, y Manuel, en la barra, atienden este bar en el que además de desayunos, desde las ocho de la mañana, preparan variedad de pinchos, sandwiches, bocadillos y tortillas: de bonito, gulas, jamón y queso o cecina.
La cocina del Bar El Soplao es sencilla, sin muchas complicaciones, pero muy casera y eso se nota en cualquiera de las raciones que a diario se preparan. Todos los días ofrecen una tapa, caldo casero, sopa de ajo, aceitunas aliñadas por Marián (toda una especialidad), entre otras, y los fines de semana, con cualquier consumición se pone una buena tapa de fideuá (los sábados) y paella (los domingos).
Para acompañar una buena cerveza, un vino o un vermú bien preparado y aromatizado, cualquiera de las raciones de su carta de picoteo: rabas de calamar, mejillones en salsa, alitas de pollo, croquetas caseras de la abuela Pilar, patatas ali-oli, chorizo a la sidra o queso manchego.
Gintonics y cervezas
En el Bar El Soplao no sólo las tortillas, los pinchos y las raciones son los protagonistas. Para la sobremesa, la tarde o la noche, los gintonics (Seagrams, Beefeater, Bombay Sapphyre, Tanqueray) y los combinados (rones, vodkas, whiskies, etc.) ocupan un lugar destacado dentro de la oferta de este establecimiento, a precios muy ajustados, que dispone también de cervezas nacionales e internacionales, así como la cántabra Colegiata.
El Soplao cuenta con dos terrazas, donde se puede fumar, una a la entrada del bar y otra interior, al aire libre, junto al parque, donde los niños pueden jugar sin ningún peligro.
Marián define a la perfección como es El Soplao: «Un lugar donde reunirse, tomar unas cervezas, ver los mejores partidos de la Liga, saborear unas raciones o, simplemente, disfrutar».