“A Paola le dictaron auto de formal prisión porque el juez ‘no podía determinar que ella no es la persona a la que buscan’. Repito: ‘No podía determinar que ella, no es la persona a la que buscan’. ¿Nuestras autoridades han llegado a la incompetencia de preferir encerrar inocentes para admitir que no tienen al culpable? ¿Ahora, para demostrar que hacen su trabajo, nuestras autoridades tienen que fabricar culpables?”, dice Álvarez en un video que acompaña la petición.
Francisco explica en la grabación que Paola, quien estaba embarazada cuando ocurrió el delito, fue señalada como la mujer que invitó a Carlos Suárez Fragoso a un bar días antes de ser hallado sin vida. Los testigos dicen que él fue invitado por una mujer a quien describieron como rubia, de cabello lacio y largo, alta, de “muy buen cuerpo y exuberante”.
“¿Acaso es una broma? Primero, mi mujer se llama Paola y esa no es su cuenta de Facebook. La descripción de los testigos no coincide con el físico de mi esposa, quien mide 1.60, su cabello es castaño oscuro y rizado, es de complexión delgada y, cuando ocurrió el delito, Paola estaba embarazada de nuestro segundo hijo. Entonces, ¿cómo es que quien está tras las rejas es mi esposa? ¿En qué momento la relacionaron a ella con un evento tan atroz?”, dice Francisco en el video.
De acuerdo con la información proporcionada junto a la petición, el historial de llamadas del teléfono de Carlos condujo a la policía de investigación hacia el último número del que le habían llamado: el nextel de un hombre llamado Rogelio Morales, mesero de un bar en avenida Acoxpa. La policía rastreó la página de Facebook del mesero y halló fotografías de una chica “rubia, delgada, de muy buen cuerpo, con cintura y cadera acentuada”. Su nombre en la red social era Suleyka Biaurruiti.
El mesero fue detenido. En su declaración ante las autoridades dijo que una banda dedicada al robo de autos había empleado a la chica como gancho para despojar a Carlos del suyo. Dijo que los miembros de la banda eran amigos del presunto dueño del bar: “un señor Raúl”.
Al buscar la dirección del señor Raúl, la policía llegó a un domicilio en el barrio de Tepito. No fue posible ubicar al sospechoso pero, según el reporte, vecinos que se negaron a proporcionar sus nombres, informaron que el señor Raúl tenía una relación sentimental con una mujer “muy guapa, de buen cuerpo y güera, la cual saben responde al nombre de Paola Geraldine Cervantes Cedeño, quien al parecer tiene su domicilio en la calle de Floricultura número 240, colonia 20 de noviembre, delegación Venustiano Carranza” (sic).
Francisco exige al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa, y al presidente del Tribunal Superior de Justicia, Edgar Elías Azar, “justicia para mi esposa Paola, una mujer que es inocente“Todos debemos saber cómo se desarrollan las investigaciones de la policía, en nuestro país, en donde en lugar de encontrar y detener a los verdaderos delincuentes, se fabrican pruebas para tratar de inculpar a personas inocentes. […] Pero todavía más increíble resulta el hecho de que los jueces de quienes esperaríamos imparcialidad y justicia, avalen tales actuaciones de la policía y del ministerio público, al librar ordenes de aprehensión, dictar autos de formal prisión y sujetar a proceso a personas sin pruebas que permitan establecer, al menos, en un grado cercano a la certeza la participación de alguien en la comisión de un delito”, denuncia.