El testigo presencial en el doble crimen que le achacan a un hombre de apellido Crespi Guzmán desapareció y las autoridades judiciales no saben dónde está, pese a que cuenta con protección. Se trata de Trejos Valverde, de quien no se tiene noticia, por lo que el representante del Ministerio Público, Cristian Quirós, solicitó al tribunal incorporar el anticipo.
Ante esta situación el abogado defensor Leonel Villalobos se opuso, por eso los jueces dieron hoy y la mañana del lunes para que las partes traten de ubicarlo por todos los medios.
“No se tiene noticia que esté inhabilitado, amenazado o coaccionado porque está bajo el sistema de protección a víctimas y testigos. Me opongo a la petición de la fiscalía, ya que su presencia en el debate es principal”, explicó.
El hecho de sangre se registró el 9 de agosto del 2014, pasadas las 8 p.m. en el Bar Toños, en Calle Fallas de Desamparados, donde según la acusación Crespi le disparó en reiteradas ocasiones a Calderón, quien era guarda.
También otro hombre apellidado Martínez fue ultimado en el interior del bar cuando se tomaba una cerveza en la barra y el pistolero se bajó de un Hyundai Accent blanco, cuyo conductor lo esperó afuera.
VIDEO LO CANTA
Ayer una agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) relató cómo se efectuó el trabajo de recopilación de pruebas.
“Se decomisó un video de seguridad donde se observa la dinámica de lo sucedido, un guarda de apellido Calderón estaba afuera y la otra víctima cae malherido a un lado de la barra.
Se recibieron llamadas al 9-1-1 diciendo que desde un Hyundai blanco se hicieron varios disparos de un revólver calibre 38, mientras un testigo que caminaba por Calle Fallas vio cuando Crespi disparó”, declaró. Una de las testigos del debate agregó que una semana después del hecho de sangre el testigo presencial caminaba por el centro de Desamparados cuando lo interceptó un carro negro. “Se detuvo el carro y el acusado le dijo que no había visto nada si no quería que lo metieran en la lista”, acotó. Las autoridades judiciales dedujeron que todo obedeció a un conflicto por la rivalidad de Crespi y el dueño del Bar Toños, quien al parecer es familiar y mantiene diferencias. Trascendió que la muerte de dos personas frente al Colegio de Contadores de debió a que una de ellas trabajaba en una soda de Crespi, por lo que el crimen del Bar Toños fue en respuesta al jefe, quien perdió una empleada.
El imputado, quien está en silla de ruedas, ha dicho tener problemas gástricos y ayer aseguró que en la cárcel de San Sebastián no le dieron almuerzo, por lo que pidió comida.
El lunes continuará el debate bajo fuertes medidas de seguridad, incluso el fiscal está bajo el programa de protección de víctimas y testigos. Además en el interior de la sala permanecen oficiales del OIJ y afuera varios de la Fuerza Pública.