Una fonda, los tacos de la esquina o un bar a las once de la mañana fueron los puntos de reunión para ver el partido de México contra Holanda.
El mercado Aldama lució “solo” aseguraron comerciantes, las familias prefirieron quedarse en casa y disfrutar del encuentro.
Eso sí, en cada pasillo del mercado había una pantalla para no perder detalle.
La zona centro lució sin clientes ni comensales, solo serían 90 minutos.
Hasta las lágrimas
Aunque muy temprano, los aficionados llegaron por una cervecita al Bar Diablos que se llenó de familias y festejó la única anotación de la selección nacional, pero que bastó para confiar en que llegarían a los Cuartos de Final.
A diez minutos los semblantes cambiaron al igual que el marcador, lo que pudo ser una celebración se convirtió en unas cuantas lágrimas y el regreso a casa del equipo mexicano tras la derrota con Holanda.