La Redacción
Tepoztlán, Morelos.- Un segundo deceso por riña, ocurrido ahora en el Bar “El Tlacualero” que se ubica en el kilómetro 17 de la carretera federal Cuernavaca -Tepoztlán, enciende los “focos rojos” entre la población tepozteca que reclama a Alejandro Campos Aguilar, director de Licencias y Reglamentos de la Comuna Local, que hace un mes dijo a los medios de comunicación que en materia de venta de embriagantes todo estaba bajo control, cuando en menos de 15 días van dos decesos por riñas en el “Pueblo Mágico”.
Vecinos del barrio del Tesoro, indican que las riñas en el bar “El Tlacualero” son frecuentes, pese a tener el dueño buenas relaciones con el director de Seguridad Pública, Oscar Ortíz Rojas y seguido le envía patrullas de vigilancia.
“En las principales entradas a la Cabecera Municipal se aprecian varias lonas, que exhortan a la población ser prudente en su forma de tomar, de manera específica, que está estrictamente prohibido beber en la calle o transitar con vasos de cerveza, sin embargo, el mal se encuentra en la proliferación de bares y cantinas…” dijeron denunciantes anónimas.
Anonimato que tiene que ver con las represalias, propiamente por parte de gente que trabaja en la Dirección de Seguridad Pública o mejor debería decirse, nada más cobra y no cumple con sus obligaciones. Porque si en Tepoztlán no existen bares ni cantinas que la Dirección de Licencias y Reglamentos lo compruebe, no lo hará, pues al contrario, desde la perspectiva de la población, en los últimos meses se han abierto más sitios de mala muerte.
Dos decesos y varios heridos en un mismo mes por riña, situación que tiene muy molesta a la población en general, pues lo que ocurre en la Cabecera Municipal es sólo un ejemplo de lo que pasa de manera diaria en sitios como Santa Catarina, Santiago Tepetlapa, Ocotitlán, Ixcatepec y San Juan Tlacotenco, venta de bebidas embriagantes a granel o lo que es lo mismo en la vía pública, siendo las tienditas, estanquillos y misceláneas que operan como cantinas al aire libre, luego entonces, ¿dónde queda esa eficacia de la Dirección de Licencias y Reglamento?, pregunta la población.