Manuel Cordero
Tijuana.- Mientras que un sujeto fue ejecutado de forma gansteril y dos más lesionados de gravedad al balearlos de en el interior de un lupanar y escapar el comando de criminales que los atacó, otro corrió igual suerte la noche del viernes.
Como suele ocurrir en la inmensa mayoría de ese tipo de eventos sangrientos, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal no aportó ninguna información en torno a la balacera registrada a las 01:30 horas de ayer dentro del antro “La O”.
Mismo que está situado en la avenida Guaycura, número 19801, de la colonia del mismo nombre, en la delegación Cerro Colorado, a donde ingresaron varios sujetos armados para disparar a corta distancia en contra de tres personas no identificadas.
Luego de verlos que se desplomaron al suelo emprendieron la huida en un pick up de color rojo y otro gris y como ocurre en la gran mayoría de ese tipo de crímenes violentos lograr burlar la acción de la justicia, ya que escaparon.
Socorristas de la Cruz Roja arribaron al lugar de los hechos para brindarles los primeros auxilios a las víctimas y fue en esos momentos cuando uno de ellos expiró por lo que los dos restantes fueron trasladados al Hospital General para su atención médica.
De momento se desconocen mayores detalles respecto a lo sucedido toda vez que al cierre de esta edición las autoridades municipales y estatales no habían aportado detalle alguno con motivo de los hechos antes referidos.
Una muerte fulminante sufrió un individuo no identificado, de unos 25 años de edad, luego de que fuera baleado cuando caminaba alrededor de las 23:00 horas del viernes sobre la calle Isla Fuji, entre Isla Márquez y el bulevar 2000, de la colonia Villas del Sol, en la sumamente insegura delegación La Presa. El desconocido exhibía un impacto de proyectil de arma de fuego en la cabeza, rostro, clavícula derecha y omoplato del mismo lado ya que le dispararon a muy corta distancia con una pistola escuadra calibre 9 milímetros.
Como características físicas del finado se aportó de complexión delgada, tez morena clara y de 1.64 metros de estatura; vestido con un pantalón y zapatos tenis de color gris, playera negra y exhibía varios tatuajes en diversas partes del cuerpo.
En ambos homicidios sangrientos los cuerpos de los ajusticiados aún permanecen en calidad de desconocidos en la morgue del Servicio Médico Forense.