En una semana en que el espíritu navideño y el cansancio acumulado a lo largo del año parecen adormecer a la farándula argentina, en los últimos días de 2014, Victoria Xipolitakis se la ingenia para ser noticia.

La fórmula de la exuberante vedette es, de alguna manera, una marca registrada: poca ropa, poses provocativas –algo incómodas para la mujer real–, sumado a comentarios con escasa búsqueda de profundidad filosófica y reflexiva, con risas bobaliconas y estridentes en tv, combinadas con un uso casi abusivo de las redes sociales. La exposición debe ser completa, sin escatimar esfuerzos.

Siempre se encuentra una excusa para una foto semidesnuda; la última entelequia de Viky fue mostrarse en la pileta de la casa que Moria Casán –quien arrancó la temporada con Priscilla– tiene en Carlos Paz. Además contó en Intrusos que un hombre de unos 50 años le coquetea pero sin dar detalles, dejando el halo de misterio en el aire del ambiente del chimento.

El recurso más fácil –y el más utilizado por la chica de sangre helena–, es despojar su suntuoso cuerpo de las indumentarias que ciñen sus ostentadas curvas, pero Victoria demostró que no es la única táctica que conoce. La “melliza griega” había invitado a familiares, amigos y, obvio, a la prensa, a la celebración de su cumple número 29 en un bar ubicado de Palermo. El festejo, que comenzó pasadas las 22:30 hs. del lunes, terminó en un escándalo ya que Viky junto a todos sus invitados fueron echados del lugar abruptamente. Según contó la propia Xipolitakis a los medios presentes, el bar no habría tenido los papeles en regla y por ende sus dueños no querían que estuviesen los medios.

Alrededor de las 23:55 hs. Viky terminó soplando las velitas en la calle junto a todos sus invitados: “No puede ser que me hagan esto en el día de mi cumpleaños. Estábamos festejando y de repente me cortaron la música, la luz y todo. Me sacaron toda la comida a la calle. No debe tener los papeles en regla este local de cuarta (Marina Love). Echaron a toda la prensa, que son mis amigos, parece que les molestó que vengan los medios. Es ridículo lo que hicieron.” Como si fuera poco, hasta intervino la policía: “Sabían que yo traía banda, música, fuegos artificiales y que iban a venir los medios y parece que ahora no querían todo eso. Yo vengo a festejar un cumpleaños, no a un velatorio”, explicó Viky a Tiempo Argentino y a  las fuerzas de la ley que se hicieron presentes para detener el alocado festejo. Todo fue extraño: tras escuchar a la rubia, los oficiales terminaron saludando a Xipolitakis por su cumpleaños, y Viky se fue caminando en caravana con sus amigos hacia otro bar. Todo registrado por las cámaras, claro.

Horas después, cuando se disipaba la noticia de su fallida celebración, Viky decidió hacer un acto de bien, llevándoles regalos chicos que pasaron la Nochebuena y la Navidad internados. El miércoles la vedette se hizo presente en el Hospital Santojanni, en el barrio porteño de Mataderos, con libros, juguetes, leche y pañales que repartió personalmente, ante la sorpresa de todos.”Me sentí feliz al ver las caras de los nenes, cada vez que me abrazaban me emocionaba. La vida me dio tanto que hoy me tocaba dar a mí, por primera vez”, dijo.

El verano traerá nuevas peleas, excusas para el nudismo, con fotos “filtradas”, y sus respectivas repercusiones sobre el destino de esta chica que parece disfrutar de la exposición como los pescadores griegos de la tranquilidad del Mar Egeo.