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Jerusalén, 2 mar (EFE).- El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, se topará con “dos noes” el día que finalmente presente el acuerdo marco que trata desde el verano de lograr entre israelíes y palestinos, asegura en una entrevista con Efe el diputado laborista Hilik Bar.
“Hay en los dos lados serias dificultades de liderazgo como para hacer compromisos históricos que pongan fin a este conflicto”, afirma el parlamentario a unas semanas de la presentación de un documento del que sólo se conocen algunos detalles, pero que ni siquiera ha sido redactado aún.
Este proceso, que se entiende como la llave maestra para el diálogo de paz definitivo, será uno de los asuntos cruciales que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, abordará mañana con el presidente de EEUU, Barack Obama, en una entrevista en la Casa Blanca.
Preparado en negociaciones por separado con ambas partes, el llamado “acuerdo marco” se perfila como la salida más propicia para prorrogar el plazo original de nueve meses que israelíes y palestinos se dieron al comenzar el proceso negociador en julio y que se estancó el pasado 5 de noviembre.
“Las dos partes están hoy en una situación en la que les es muy difícil decir que ‘sí’ a un documento que también satisfaga a la otra parte, y para ello se necesita liderazgo y que los americanos sigan insistiendo”, explica Bar.
Secretario general del Partido Laborista y presidente del lobby parlamentario israelí por la paz con los palestinos, sostiene por ello que “hacia finales de marzo habrá un documento estadounidense que se topará con dos Noes”.
“No creo que ninguna de las dos partes esté lo suficientemente madura en estos momentos, ni siquiera a una propuesta que a priori parezca justa y honesta”, matiza.
Bar, que en los últimos años se ha entrevistado varias veces con el presidente palestino, Mahmud Abás, (sus fotos con él engalanan su pequeña oficina en el Parlamento israelí), está convencido de que hay una mayoría suficiente en ambos pueblos a favor de la firma de un tratado de paz.
“La pregunta es si Netanyahu y Abás son Beguin y Sadat, si son Rabin y Husein”, señala en alusión a anteriores líderes israelíes que firmaron la paz con sus pares de Egipto (1979) y Jordania (1994).
En el caso israelí está convencido de que Netanyahu no podrá dar el “sí” con la constelación política que tiene dentro de su Gobierno, que describe como “rehén de la derecha más nacionalista” por depender de los votos más radicales del Likud o del partido representante de los colonos “Hogar Judío”, que preside el ministro de Economía, Naftalí Bennett.
El Partido Laborista, con 15 diputados, le ha ofrecido una red de seguridad parlamentaria en el caso de avanzar hacia un acuerdo con los palestinos, pero podrían ser insuficientes si sufriera una rebelión interna en el Likud.
“Lo mismo se puede afirmar de Abás”, apunta Bar al explicar que el líder palestino no está en posición de dar el “sí” a un documento que contenga cláusulas como la de reconocer a Israel como “Estado judío y democrático” o “ceder en el derecho de los refugiados”.
“Lamentablemente, parece que Kerry es el único que parece esforzarse realmente en conseguir un acuerdo de paz”, observa.
Aunque no han abandonado oficialmente el proceso, lo cierto es que en la práctica las dos partes no se han visto las caras desde noviembre.
Las negociaciones directas se interrumpieron a poco de comenzar por no ponerse de acuerdo en cuestiones tan cruciales como el futuro de Jerusalén y de los asentamientos, los refugiados palestinos, las fronteras y los mecanismos de seguridad que deben regir en el estratégico Valle del Jordán.
Kerry, que no ha regresado a la zona desde principios de enero, sigue las negociaciones por separado con cada parte, transmitiendo ideas y posturas.
“A pesar de todos sus esfuerzos, la decisión sigue en manos de Netanyahu y Abás (…) y hoy soy menos optimista que en el pasado”, confiesa Bar, que hace sólo dos semanas llevó por primera vez a la Mukata de Ramala a un grupo de 300 universitarios israelíes para que conocieran al dirigente palestino.
Sobre lo que ocurrirá si fracasan las negociaciones, no descarta una tercera Intifada palestina -la primera fue entre 1987 y 1993, y la segunda entre 2000 y 2005-, ni que se agudice un embargo internacional a Israel
Aunque a este respecto puntualiza: “en este caso, Europa deberá verificar antes si Israel es la única causa del fracaso, y no creo que sea así”.
De lo que tampoco le cabe ninguna duda, es de que, aún si fuera posible, israelíes y palestinos no deben volver a la fórmula de “acuerdos interinos” sino, únicamente, a una que “ponga fin a todas las demandas y reivindicaciones”.
Consciente de las dificultades, Bar insta a Kerry a no tirar la toalla y buscar algún tipo de prórroga de seis meses durante la cual seguir negociando las pautas de esa futura paz. Elías L. Benarroch
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