El titular de la licencia de un bar de Elviña se enfrenta a una petición del fiscal de un año de cárcel. Entre el año 2006, en el que el Concello le abrió un expediente por no ajustarse a su licencia de café bar, hasta 2010, con el cese de actividad definitivo, el Ministerio público relata reiterados incumplimientos de la legalidad, en cuanto a música alta y horarios de cierre. El establecimiento, afirma el escrito de acusación, llegó a abrir incluso después de ser precintado

La Audiencia Provincial juzga la próxima semana al propietario de un local de Elviña, para el que el fiscal pide un año de cárcel por un delito continuado de desobediencia, al ignorar el precinto impuesto por el Concello por música alta y no ajustarse a las condiciones de su licencia, de café bar.

El acusado era titular desde 2005 de una autorización de café bar. “Las numerosas denuncias y quejas vecinales que se efectuaron ante la autoridad municipal dieron lugar a frecuentas inspecciones por parte de la Policía Local, que permitieron constatar que la actividad no se ajustaba a la autorización concedida ni a la ordenanza municipal”, asegura el escrito de acusación, “dado que se abría a altas horas de la madrugada, se escuchaba música a elevado volumen dentro del establecimiento e incluso llegaron a realizarse actuaciones musicales en directo en este último”.

La Concejalía de Urbanismo abrió un expediente en 2006 y, en noviembre de 2007, el departamento de Disciplina Urbanística dictó un decreto que acordó ordenar, como medida provisional, el cese inmediato en el ejercicio de la actividad de los aparatos de reproducción musical y videomusicales en el local, con la advertencia de precintar los citados aparatos si se incumplía o bien proceder a su ejecución subsidiaria de la retirada o la ejecución forzosa mediante multas coercitivas. Se acordaba igualmente la incoación del expediente de restablecimiento de la legalidad, lo que se notificó al titular de la licencia en diciembre.

El Ministerio fiscal relata que, a pesar de ello, “dispuesto el acusado a continuar con su actividad tal y como la había desempeñado hasta entonces, siguió utilizando la música a elevado volumen”. Hubo hasta ocho comprobaciones del supuesto incumplimiento entre diciembre de 2007 y agosto de 2008.

Finalmente, Urbanismo dictó un nuevo decreto que ordenaba el cese inmediato de la actividad, advirtiendo del “correspondiente precinto si se incumplía”. Comprobaron en fechas posteriores que se “hacía caso omiso a lo ordenado. El precinto del establecimiento llegó en noviembre pero, “con manifiesto desprecio a lo ordenado”, el acusado volvió a abrir sin autorización y sin ajustar la licencia a la categoría de pub. Hubo otras seis inspecciones, hasta agosto de 2009.

Ante la nueva situación, el acusado solicitó el desprecinto y se deshizo de los aparatos para ajustarse a la cafetería de café-bar pero el fiscal cree que “su verdadera intención fue burlar la legalidad y continuar su actitud”. En octubre de 2010, el 092 descubrió una actuación musical no autorizada a las 03.00 con altavoces y mesas de mezclas.