El Juzgado de Instrucción Número 3 de Las Palmas de Gran Canaria ordenó ayer el ingreso en la cárcel del camarero colombiano que el domingo pasado mató de una puñalada en el pecho al cliente de un bar de la calle Churruca, cerca de la Avenida Mesa y López de la capital grancanaria. El magistrado Tomás Martín, a petición de la fiscal Beatriz Sánchez, decretó prisión provisional, comunicada y sin fianza por un delito de homicidio para Humberto, de 47 años, conocido por sus allegados como Beto, quien ha admitido en su declaración judicial la autoría del crimen.

Se trata de una calificación jurídica provisional que podría evolucionar a la de asesinato si juez y fiscal determinan durante la instrucción que el ataque fue sorpresivo. Otro aspecto que deberá aclarar la investigación es la posible influencia del consumo de alcohol en el apuñalamiento de José Espino Lorenzo, de 62 años. Varios testigos presenciales vieron a Beto consumir alcohol ese domingo, extremo que el imputado ha alegado en su declaración. De ahí que su abogado de oficio solicitase ayer al magistrado instructor un test de alcoholemia, con la finalidad de acreditar que el estado de ánimo del imputado estaba condicionado por las cervezas y los chupitos que había consumido ese domingo. Sin embargo, esa prueba podría carecer de eficacia al haber transcurrido tres días desde que sucedieron los hechos. Fuentes judiciales sostienen que los agentes ofrecieron al detenido hacerse ese chequeo, pero éste se negó.

En cualquier caso, hay al menos cuatro testigos que vieron a Beto consumir alcohol el día del homicidio, tanto en la churrería de Guanarteme en la que trabajaba, como en el bar de la calle Churruca en el que ocurrió el crimen. Uno de ellos estaba en el mismo establecimiento y logró arrebatarle el cuchillo a Beto, que emprendió la huida tras apuñalar a la víctima a la salida del local; otro trató de taponar la herida mortal cerca del corazón que causó la muerte de José Espino, conocido como Pepe.

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