El empresario que promueve la instalación de un hotel de temática BDSM en Vilafranca no acreditó ayer la documentación necesaria para que el establecimiento, todavía como bar y restaurante, obtenga de manera definitiva el cambio de titularidad de la licencia de apertura, por lo que desde las dependencias municipales se ha iniciado el expediente de cierre.
Funcionarios del Ayuntamiento de Vilafranca acudieron ayer por la mañana al local citados por el empresario, el cual aseguraba que disponía de toda la documentación y que había subsanado las deficiencias apuntadas en la primera solicitud de cambio de titularidad. Sin embargo, aunque algunas partes sí estaban en regla, como las luces de emergencia y el extintor, los técnicos adolecieron sobre todo la falta del proyecto técnico que asegure el cumplimiento de las normativas, que ha de ser expedido por un profesional colegiado tal y como establece la legislación valenciana.
De esta manera, se ha iniciado el procedimiento administrativo para proceder a la revocación de la licencia que no obstante no supondrá el cierre inmediato del establecimiento, pues las garantías jurídicas conllevan unos plazos amplios. Por ello, bar y restaurante siguen abiertos al público pero con la amenaza de cierre si el empresario no completa los requerimientos para evitarlo. De hecho, la legislación valenciana contempla que el proceso de revocación de licencia «puede sobreseerse si el interesado subsana la irregularidad que motivó la apertura del mismo».
Cabe destacar, además, que las dependencias del hotel están dadas de baja en la Conselleria de Turismo desde 2005 por lo que en la actualidad no se puede ofertar el servicio de alojamiento. El empresario había manifestado a EL MUNDO que de acreditar en la mañana de ayer la documentación necesaria, pediría de inmediato la licencia de obra mayor para iniciar la construcción de la escalera de incendios y empezar a tramitar ante Turismo el expediente para la apertura del hotel.
Como se apuntó en su día, el antiguo Hotel l’Om tiene dadas de baja en Turismo las dependencias de alojamiento desde hace 9 años. Se trata de 20 habitaciones dobles situadas en la primera planta y que pueden albergar hasta 40 personas. Para poder ser habilitado se necesita la construcción en el exterior de una escalera de emergencia que permita la evacuación de los huéspedes en caso de incendio. Además, de esta necesaria construcción, el hotel tampoco tiene accesibles las habitaciones para discapacitados, lo que limita las prestaciones de calidad y su clasificación turística si se consiguieran todos los permisos para poder abrir el establecimiento.
Por otro lado, el aspecto más llamativo y polémico del proyecto, la mazmorra pública de 500 metros cuadrados, es todavía una entelequia. Cabría pensar que los responsables del proyecto hayan pensado en transformar los antiguos salones de boda para ubicar la mazmorra. Sin embargo, diversas fuentes aseguran que de momento el comedor no ha sido transformado y que tan sólo se han instalado dos cubículos en el fondo del salón que podrían actuar de habitaciones privadas para las sesiones BDSM.