El incendio de un bar el pasado lunes por la noche en la ciudad ha vuelto a despertar las quejas de los vecinos, que tuvieron que ser evacuados por precaución mientras que los bomberos sofocaban las llamas. Sin embargo, el motivo de la queja no es tanto el incendio en sí sino el hecho de que es la tercera vez que sucede en los últimos años, ya que, aseguran, «el local trabaja sin licencia de apertura y sin que nadie revise si cumple las condiciones mínimas de seguridad», como demuestra, según el criterio de los vecinos, este último tercer incendio, «que un día será el definitivo».

Las quejas, según sostienen, se han elevado en varias ocasiones al Ayuntamiento, la Conselleria de Gobernación y el Síndic de Agravios, sin que se «halla llevado a cabo actuación alguna sobre el mismo».

Las protestas se remontan al año 2003, cuando el dueño del anterior local traspasó el negocio. Desde entonces, «el mesón opera sin licencia y ha organizado todo tipo de eventos al margen de la ley». Los vecinos denuncian la pasividad y permisividad de las autoridades, ya que «a raíz de un incendio hace unos seis años, vino el ingeniero técnico municipal a realizar una inspección y emitió un informe en el que advertía de irregularidades en la instalación de la salida de humos» y en él se reconocía «la carencia total de proyecto o de licencia».

Las denuncias se han producido de forma sucesiva desde 2012, compaginadas con «la buena fe y paciencia de los vecinos, que hemos intentado llegar a acuerdos pacíficos con el dueño», aunque lamentan que «solo han servido para permitir el claro abuso del titular».