Hombre que se precie, que vive y bebe, debe tener su bar, decir “mi bar” es necesario, como un sentido de pertenencia, de permanencia, necesidad de tierra firme o de mar, puede el bar a veces ser el mar de los hombres de tierra.
Estas fotografías forman parte de un libro, que es más que un libro de un bar -El Juanito-, es un homenaje al bar que siendo mio fue de todos los que apoyaron el codo en su barra. Comenzó a hacerse en el 2009 y pareciera que adquirió vida propia y solito se fue transformando. Así de ser un libro de fotografía, empezó a pedir textos que hablaran de su pasado mas remoto, el que yo no viví, mucha vida tuvo este bar, para prescindir de esas historias.
Amigos, muchos de ellos, compañeros de mesa en el propio bar, y otros amigos que lo frecuentaron en otras épocas y hasta uno que nunca fue pero que llevo puesto, fueron armando la tribu. El libro comenzó entonces a tener vida en forma de palabras
Y para no competir con ellas las mismas fotos empezaron a cambiar de contenido, así fueron prescindiendo de gente exceptuando a Juan Casusol, el patriarca de aquella nave espiritual y espirituosa , fallecido en el 2010 casi centenario y que lo fundara en el 38, y sus hijos. Las fotos no debían tener gente, debían tener detalles, una especie de disección fotográfica de un sitio con cuerpo y alma, detalles, es decir la visión del hombre solo fijando en la memoria cada cosa que hace de ese bar “su bar”.