El bar London City reabrió sus puertas hoy luego de haber permanecido cerrado un año por obras de remodelación. A pesar de los rumores que decían que se convertiría en un restaurante después de que la propiedad fuera adquirida por la cadena de restaurantes Pertutti, fue reinaugurado como fue concebido en sus orígenes, uno de los cafés típicos de la ciudad de Buenos Aires.
El mítico café porteño ubicado en la esquina de Avenida de Mayo y Perú fue donde el escritor Julio Cortázar escribió su novela Los Premios en 1960, por ello se le brindó un homenaje y en el día del centenario de su nacimiento, volvió a abrir sus puertas. Asimismo, en todo el local se expusieron fotografías del famoso cuentista argentino, quien ha sido el pilar clave a la hora de formalizar los espacios del lugar. En su memoria se le dedicó una mesa ambientada en la época en la que acudía al local a escribir con un cenicero original de los sesenta y la impresión de una frase suya en la vidriera en la que describía la Avenida de Mayo y el público que circulaba por ella en la década de los 60.
María Salazar, arquitecta encargada del proyecto, explicó a Perfil.com que en las remodelaciones respetaron las estructuras originales en el máximo de lo posible. Puesto que no se tenían archivos fotográficos de cómo era en sus orígenes se tuvo que llevar a cabo una “evocación de la memoria colectiva”. “No queríamos buscar una imagen moderna sino restablecer las ideas de café porteño”, detalló. Asimismo, se quería “juntar la identidad de café con elementos de hoy en día”, por lo que se instaló un área destinada a vender comida y bebida para llevar.
La arquitecta desmintió que los propietarios pretendían convertirlo en un restaurante, sino que el objetivo siempre fue reinaugurar como café. London City, que abrió sus puertas por primera vez en 1954, fue declarado en el año 2000 bar notable, por lo que cuando se clausuró por obras se produjo un gran alboroto luego de que, desde 1998, habían cerrado diversos locales de esa condición.
La noticia de su reapertura ha sido celebrada tanto por los trabajadores como los clientes del local, que acudieron sin cesar a ver el resultado final de las obras. Así se le devolvió a la ciudad de Buenos Aires “parte de su memoria”.