Bares en Guadalajara hay muchos, con los permisos municipales para venta de alcohol en restaurantes y la relajación social entorno a la bebida, los lugares para tomar “bebidas espirituosas se multiplican hasta en las plazas de conveniencia que brotan en la periferia como hongos tras la lluvia.
Cantinas famosas en Jalisco hay un poco menos. Los Famosos Equipales, La Fuente, La Sin Rival, Manolos… y luego está el Mascusia.
El bar nació como “El Oriental” en Dionisio Rodríguez #9, esquina con Alfareros. Ahí abrió sus puertas en 1928 el negocio de Don Francisco Cortés, que se esmeraba tanto en la preparación de los tragos que servía, como de la comida con la que los acompañaba.
De ahí que los tapatíos de aquella época, siempre tan enjundiosos para modificar la lengua española y arrancarle nuevos giros, comenzaran a decir “vamos a mascusia” (una deformación local del verbo mascullar), cuando querían dirigir sus pasos a comer los lonches de carne de puerco, papas y salsa verde que preparaba Cortés en el lugar. Acompañados, claro, de una cerveza, una yerbabuena, una michelada, una sangría o un vampiro.
Con la demolición de la Plaza de Toros El Progreso llegó a su fin la primera etapa del “El Oriental Mascusia” y se abrió la nueva de los “Mascusia”. Fue de 1928 a 1979 que el bar original estuvo abierto, pasando luego a Javier Mina 336. Es entonces que el negocio pasa a los descendientes de Don Francisco Cortés, Antonio y José, que inician una expansión de la marca “Mascusia” con distintos bares en algunos puntos de la ciudad, siempre cuidando tanto las recetas de las bebidas como de los alimentos tradicionales del lugar.
Entre otras especialidades destacan en las del Mascusia, el viril de toro, el caldo de médula, el espinazo, el caldo de res, el pozole y hasta la carne en su jugo.
Pero lo primero es pedir una bebida espirituosa, que el mesero traiga a la mesa un plato con limones, naranjas y chile, para empezar la degustación etílica y gastronómica. Y como todo bar en esta era del cable y las pantallas planas, tiene lo necesario para seguir los partidos de futbol del momento mientras se departe con los amigos, hoy como hace 87 años.
EL DATO:
Atrévase a probar el “Viril”, los parroquianos se dividen entre los que dicen que “no está tan padre”, y los que le darían algo así como el Oscar para la comida menos valorada del mundo de los bares y las cantinas. El “Viril” no es más que un caldo preparado con la parte ídem del toro, un platillo tradicional y para valientes.
cc