Quién sabe si, tras beberse alguna noche, usted termine admirando los muros de una cantina. Allí, en la taberna, habrá una colección de modelos generosas, desteñidas por el sol y el tiempo; allí estarán los anuncios del vaquero de Marlboro, verdosos por la pérdida de color, casi eternos en la pared.
En cambio, si usted termina en lo alto del bar El Steinvorth, en San José, notará que los rostros de la pared se transforman; no se divisa la pintura del ancianito que ofrece un brindis con un vaso de vino.
Ahora, las ilustraciones estallan en color, y no son mero ornamento; la gente se reúne frente a brillantes retratos de hombres barbados y animales bien vestidos, que casi son espejos de tiras cómicas.
A mediados de agosto, el bar El Steinvorth inauguró su primera exposición en un espacio que se dedicará de forma permanente al arte. El bar abrió con la muestra Mynohorse , del diseñador gráfico Andrés Gómez.
Reverencias. Gómez –quien se dedica diariamente al diseño publicitario– hizo una colección de 11 retratos gráficos en mediano y gran formatos, inspirados en las personas y la música que lo rodearon durante los últimos dos años. No hay una explicación concreta para todo este trabajo. El artista dice que él, sencillamente, se propone retos, y que su muestra es una cuestión de influencias espontáneas; “fueron dos años seguidos, pero muy relajados, que fluyeron con ritmo propio”, explica.
Los rostros que cubren las paredes del edificio vienen de diferentes sitios en el mundo. Dusty, un efervescente profesor de arte en Nueva York, hace una mueca a los comensales y, como en la vida real, su personalidad salta sobre la gente.
La mayoría de los retratos son de personas que Gómez ha conocido directamente; otros retratos –como los del comediante Louis C. K., de la drag queen Divine, y de Willy Ninja, bailarín de la escena house – son referencias artísticas.
Gómez indica que en la muestra también hay caras familiares para el bar: en el extremo sur del edificio está pintado el Dj Vladimir Durán, en alguna clase de trance. “Así es él, eso es él”, dice Gómez entre risas.
“Es gente que ha ayudado a formar la persona que Andrés ahorita es”, comenta el ilustrador Ariel Arburola. Cada obra atesora personalidad, colores, palabras y melodías; ellos, los personajes, forman al yo.
Talento en bits . Gómez se ha especializado en el diseño con Photoshop . Esta herramienta y Manga Studio fueron los soportes para dar vida a la colección. “Las ventajas de trabajar con una computadora son la extensa paleta de colores que se ofrece, y la versatilidad del tiempo y del espacio”, detalla el artista.
Cada pieza brinda una expresión distinta del resto. Gómez ojeó referencias fotográficas de cada persona, pero los trazos en la plantilla comenzaron “desde cero”. Luego vinieron las luces y los colores.
Algunos personaje bien podrían ser parte de un episodio de American Ugly ; otros son cálidos y apacibles, como Zorro, animal ataviado con un traje, que es casi el sello personal del bar.
El color es energía en manos de Gómez. Él forma la estética masculina mediante tonos pastel, saturaciones y colores primarios, en una esencia de comic americano.
Gómez buscó fuerza para el cabello de cada personaje, y la encontró en trazos hoscos. Así, los retratados muestran barbas y bigotes de virutas de colores mezclados.
Como en casa. La convivencia entre música, conversaciones, baile y bebidas es la vitrina principal para Mynohorse . Con una afluencia de unas 600 personas cada fin de semana, la galería de El Steinvorth se ubica como una de las más visitadas en San José.
El lugar abre su galería con esta colección como un apoyo al diseño gráfico y a los artistas emergentes. “El diseñador gráfico tiene su posición en la publicidad y la comunicación, pero no se le brindan espacios de exposición como arte”, señala Julián Mora, arquitecto propietario del bar y curador de la galería.
“Buscaremos el mejor arte gráfico que esté a nuestro alcance, ya sea nacional o extranjero. Lo bueno de esta disciplina es que, si queremos exponer la obra de un artista chino, no hay que trasladar la obra hasta acá; solo debe compartirse un archivo digital y nosotros nos encargamos de la impresión”.
Esfuerzo colectivo. El Steinvorth abrirá una exhibición cada mes, con la meta clara de apoyar al diseño gráfico y a los artistas que se destacan en dicho medio.
Tal esfuerzo se librará desde el colectivo Undecimocuarto, formado por artistas de diferentes disciplinas. “Queremos impulsar la escena del diseño ya que, como artista, el diseñador sufre una visión devaluada”, apunta el ilustrador Arburola, parte del grupo y quien ofrecerá la siguiente muestra el 17 de septiembre.
Undecimocuarto quiere acercar el arte a la gente. El colectivo puso a la venta impresiones de las piezas expuestas, en el formato que cada cual desee. “Eso no se logra en otro tipo de galerías, donde las piezas son únicas”, explica Gómez.
Para los miembros de ese colectivo, el arte gráfico no tiene fronteras. “Podés imprimir una obra siete millones de veces, y no pasa nada: son siete millones de originales. Hay miles de usos para el arte gráfico que ahorita no se dan. Nuestra iniciativa es dar valor al diseñador gráfico”, dice Mora.
La noche cae sobre San José y las bombillas de El Steinvorth iluminan cientos de rostros; los unos recorren el salón, y los otros tapizan los muros. Como oveja negra dentro de la familia, aquel es uno de los pocos bares que invitan la mirada hacia las paredes.
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