¿Es posible que un bar-chigre sea el origen de la fortuna de Villa?

Aitana Castaño

Pintas de vino

¿Heredó José Ángel Fernández Villa los 1,4 millones de euros que blanqueó en la amnistía fiscal? Hacienda tiene serias dudas y continúa su investigación sobre el origen de la fortuna del exsindicalista. En Tuilla tampoco se pueden creer que los dueños de Casa Hermógenes, como se llamaba el bar chigre que regentaban sus padres, amasasen un patrimonio millonario en los tiempos tan duros que tuvieron que afrontar, entre las huelgas y las penalidades económicas de la dictadura franquista.

En Casa Hermógenes creció José Ángel Fernández Villa. Viendo trabajar día a día a sus padres. Se trataba de un bar-tienda ubicado en Tuilla. Su clientela era minera al 100% y el matrimonio siempre se caracterizó por ser solidario. En la época de las huelgas mineras, con las privaciones, optaron por fiar a los vecinos, siempre con una libreta en la mano. De allí surgió un aprecio que se extendió hasta la muerte de Hermógenes Fernández y de Ludivina Villa, acaecida unos años después.

Ludivina Villa falleció en la residencia geriátrica de Nuestra Señora de Los Fresnos, en La Felguera. Corría el 11 de noviembre de 2011. Tenía 91 años y en Tuilla aún era recordada, además de por ser madre del poderoso José Ángel Fernández Villa, por su trabajo al frente del bar. Vina, como era conocida, había nacido en La Raíz, una pequeña localidad langreana y junto a Hermógenes tuvo cinco hijos. La pareja siempre fiaba, aunque los tiempos fuesen duros: así se ganaron el cariño de los vecinos.

Hermógenes Fernández y Ludivina Villa se ganaron el cariño de los vecinos por su solidaridad

La muerte de Ludivina hundió a Fernández Villa. El tanatorio acogió entonces a un sinfín de sindicalistas, políticos de distinto signo, alcaldes, concejales, consejeros, empresarios y dirigentes de colectivos sociales y vecinales. Desde el por entonces ministro, José Blanco, al presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces o el entonces presidente del PP asturiano, Ovidio Sánchez. Era otra época y el sindicalista aún mantenía una porció del poder que había atesorado en 25 años. Villa, muy apesadumbrado, les recordó ese día que cada tarde, a eso de las seis, se escapaba para ver a su madre, que era una gran vitalista y una entusiasta de la radio, su gran afición. Ahora el exlíder del SOMA apunta hacia sus padres como origen de la fortuna que blanqueó. 

Según publicó El Comercio, la familia Villa suma un total de siete propiedades registradas. Un  local comercial de 89,3 metros cuadrados. Un garaje de 22 metros cuadrados y otro local sin distribuir de 91,2 metros. Además, un dúplex de 105 metros cuadrados, un piso sin distribuir de 38 metros cuadrados y otro algo mayor, de 47 metros cuadrados. Todo ello a repartir entre sus hermanos que aún están con vida y los familiares de sus hermanos fallecidos.

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