Una trabajadora
del bar Alexkey y una vendedora informal, relataron que a las 8:10 pm de este viernes, comisiones
de efectivos uniformados de negro,
portando capuchas, arribaron al centro
nocturno, lanzando bombas explosivas. Mientras que los familiares y amigos de las
víctimas protestaron en la Morgue del HC y exigen al Ministro de Interior,
Justicia y Paz, indagar lo que realmente ocurrió
Cerca
de 80 personas, entre familiares y amigos de las cuatro víctimas que cayeron
abatidas durante un procedimiento ejecutado por una comisión especial de
efectivos de la Policía Nacional Bolivariana provenientes de Caracas, en el bar
Alexkey ubicado en la calle 2 de La Fría, protestaron en la Morgue del Hospital
Central de San Cristóbal con pancartas y consignas expresando que se trató de una vil masacre y parte de un falso positivo montado por el
Gobierno nacional.
Una
de las primeras testigos de la llegada de la
comisión de uniformados fue una vendedora informal que se gana la vida
vendiendo comida a las afueras del local nocturno, quien fue sorprendida por
los efectivos en pleno trabajo, los cuales la introdujeron a la fuerza al
interior del establecimiento.
“Decían que era de la Policía Nacional,
estaban todos vestidos totalmente de negro, encapuchados, decían que no les
vieran la cara”, explica la comerciante.
Relata que los efectivos llegaron tirando
bombas explosivas, hicieron lanzar a las personas al suelo y les decían que no miraran hacia arriba,
“allí no hubo enfrentamiento como dicen,
nadie trató de oponerse a ellos”. A las mujeres las tuvieron en la sala,
luego las llevaron al área del hotel, les quitaron los teléfonos, las revisaron
de pies a cabeza, hasta los oídos”, narró.
“Yo
no fui tan perjudicada como a otras mujeres que sí las golpearon y les robaron
los teléfonos y la plata que tenían en sus cuartos. Cuando llegaron yo estaba
chateando por teléfono y era justo las 8:10 de la noche, porque a esa hora me
queda el registro de la última conversación”.
“A ellos no los
mataron dentro del bar, sino en la parte de atrás, dicen que fue con
silenciador porque no se escucharon tiros”, refirió la vendedora.
Asimismo,
una trabajadora del bar Alexkey contó que estaba parada al lado de la barra
para el momento que llegaron lanzando una bomba, se escuchó una explosión de
una bomba que botaba luces de colores, en ese instante cayó una compañera de
ella privada, la cual fue arrastrada por el cabello por el suelo.
“Cuando
sonó la segunda explosión, la gente se desesperó, algunos se lanzaron al suelo
y otros corrían a esconderse. Yo me escondí debajo de la mesa y de ahí me
sacaron por el cabello, tratándome mal y me levantaron el vestido, me dejaron
semidesnuda, nos mantuvieron un rato acostadas y se oían los gritos, golpes y quejidos de la
gente cuando decían heridos, heridos, otro decía no se muera todavía. Otros
funcionarios decían, tranquilos, tenemos toda la noche”.
A
nosotros nos tuvieron allí hasta las cuatro de la mañana, nos quitaron
teléfonos, nos robaron la plata. Se llevaron la plata de los patrones, unos
teléfonos que tenía la patrona para vender porque ella compra y vende equipos de telefonía móvil; además de la
producción del día”, manifestó.
Narró
que femeninas les introdujeron sus manos en la vagina a las mujeres utilizando
el mismo guante, “hasta en los oídos nos metieron mano. A la dueña del área del hotel le hicieron lo
mismo que a todas, pero a ella la
golpeaban y la trataban mal”.
Precisa que poco pudo observarles a los funcionarios,
sólo logró detallar que usaban unas botas largas con unos círculos negros, otro
le vio un chaleco color marrón que decía Policía Nacional y una fiscal que
decía que se acercaran los testigos, mientras que después otros les hacían
fotos a la plata que les quitaron y objetos
que en el local había.
“Se llevaron
detenidos a gente humilde, como a la
señora Emilce, dueña del hotel y a su esposo, dueño del bar; al cantinero, un
hombre trabajador que no tiene nada que ver con lo que dijo el Ministro, y
clientes del negocio. Se llevaron los carros de los patrones, entre las cosas
que se llevaron hay tres motos, de esas una me la habían dado a guardar a mí,
yo les presenté los documentos ahí pero igual se la llevaron sin preguntar”,
acotó.
La
trabajadora negó que en el establecimiento se manejara un banda de
secuestradores ni sicarios, ni terroristas, dijo que si los dueños fuesen mafiosos, no se preocuparían por su
negocio, que según indicó la empleada, hasta ellos mismos barrían y atendían a
diario.
30 años vendiendo génovas
Josué
de Dios Trujillo Solano, de 57 años de edad, tenía 30 años de estar trabajando
en La Fría como vendedor de génovas, padre de familia, humilde y trabajador,
dijeron su esposa e hija en la Morgue del Hospital Central junto a varios de
sus seres queridos, quienes recordaron que esa noche él estaba trabajando allí,
donde aprovechaba hacer las ventas.
“Doy fe que no era paramilitar”
Víctor Abreu, uno de los cuñados de Oswaldo Rodríguez
Bautista, dio fe de que él no era
paramilitar, expresó que era una persona sana, era herrero y tenía su taller
humildemente, “esos señores lo asesinaron vilmente, todo el pueblo de La Fría está
consternado, puedo dar fe que eso no es así, ahí no hubo ningún enfrentamiento.
Entraron al local y los masacraron”.
Por su parte, Shirly Rondón, sobrina de Oswaldo Rodríguez,
pidió que se envíe una comisión para La Fría para que investigue lo que
sucedió, “lo están engañando señor Ministro, nos están masacrando a nuestros
familiares, porque los que fueron lo están engañando, en La Fría están montando
falsos positivos, a esos hemos llegado”.
“Por qué me lo arrebataron”
Marle Mendoza, la madre de Luis Miguel Morales Mendoza, quien trabajaba desde
hacía un año en el bar; en medio del
llanto expresó que su hijo era muy trabajador, nunca tuvo un arma, nunca tuvo
un vicio. “Mi hijo me lo arrebataron, por qué, si mi hijo no debía nada. Que
hagan justicia por mi hijo, la comunidad lo quería mucho”.
“Mi hermano está
desaparecido”
José Francisco Duarte Duarte, denunció públicamente la
desaparición de su hermano Luis Antonio Duarte, quien laboraba como cantinero
del local nocturno desde hacía ocho meses, y luego de la llegada de los
funcionarios de la PNB se encuentra desaparecido, no saben en dónde lo tienen,
algunos les han dicho que se lo llevaron para Caracas. “Escuchamos al ministro
Torres donde ahora los están implicando en cosas que nunca jamás mi hermano ha
estado metido, él siempre ha sido un hombre trabajador, padre de cinco hijos
que lo están esperando en su casa. Lo que queremos es justicia como
revolucionario que soy, me estoy dando cuenta que están pasando cosas que no
deberían ocurrir. Tengo mucho dolor porque mi hermano nunca en su vida ha
pisado la puerta de una comisaría”.
Hecho repudiable
Por otro lado, el abogado Humberto Niño, allegado a una
de las víctimas, expresó que el hecho ocurrido en La Fría es repudiado por toda
la población, y rechazó categóricamente “la manera como el Gobierno nacional
llevó unos matones al municipio García de Hevia”, por cuanto pidió a la Fiscal
Superior del estado Táchira, Yannis Rodríguez, que ordene una investigación o informe
si ella tenía conocimiento de la presencia de los fiscales con competencia
nacional en delito y secuestro 46 y 20,
ya que ellos eran garantes de que los funcionarios actuaran apegados a
derecho, “pero se les fue la mano”, dijo. Por cuanto todos los familiares interpusieron
una denuncia para que la Fiscalía de derechos fundamentales ordene la
investigación.