• Uno más quedó malherido, Cartago
Decenas de personas disfrutaban del guarito en un bar clandestino en Las Gradas de Los Diques, Cartago. Los tragos iban y venían para calentar gargantas mientras otros preferían calentarse bailando al ritmo de la cumbia que caracteriza el lugar.
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Decenas de personas disfrutaban del guarito en un bar clandestino en Las Gradas de Los Diques, Cartago. Los tragos iban y venían para calentar gargantas mientras otros preferían calentarse bailando al ritmo de la cumbia que caracteriza el lugar.
Como en todo lado, a uno de los borrachos le da el guaro vaquero y empieza a hacer loco, el problema fue que en ese lugar le dio a la persona menos indicada, pues andaba armada y terminó matando dos hombres y dejando a uno malherido.
Según testigos, la noche estaba muy bonita, todos contaban chistes y hasta cantaban en la cantina cuando se empezaron a sacar trapos sucios entre dos personas.
Empezaron por empujones, se fueron a los golpes y de repente un locazo sacó el chopo y empezó a repartir plomazos, sin importar a quién le pegaran.
En la escena fallecieron José Carlos Ramírez, de 30 años, y Carlos Bonilla, de una edad parecida, quienes en medio de la riña que sostuvieron con su homicida, recibieron heridas en cabeza y pecho.
Róger Mayorga quedó malherido en el mismo sitio, por lo que la Cruz Roja lo trasladó en condición delicada al Hospital Max Peralta con heridas de arma blanca y de fuego en abdomen, un muslo y un tobillo.
Por su parte, el desquiciado huyó sin dejar rastro mientras la Fuerza Pública ingresaba con un contingente de más de 50 policías para calmar los ánimos en el conflictivo caserío de San Nicolás, pues se quiso armar más de un zafarrancho después de la balacera.
El jefe policial, Rodrigo Rivera, indicó que el lugar se complicó después de la situación, por lo cual debieron llevar todos los refuerzos posibles con tal de controlar el asunto.
Las autoridades judiciales llegaron al sitio para efectuar el levantamiento de los cuerpos mientras los oficiales uniformados buscaban por cada rincón del barrio al sujeto del alboroto.
Juez y fiscal a cargo del caso ordenaron a los agentes judiciales efectuar el levantamiento de los cuerpos para enviarlos a Medicatura Forense.
Pese a que surgió la versión de la riña al calor de los tragos, la policía maneja información de estas personas, las cuales tendrían viejas rencillas, por lo que no se descarta la hipótesis para el doble asesinato.
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