Malo. Cuando apoyado en la barra de un bar te sale este hastag del Twitter sanferminero es señal de que ya estamos en el ecuador y se empiezan a encender los pilotos rojos. Porque el 6 de julio al mediodía nadie se anda con esas tribulaciones. Champán pues champán. Vermú pues vermú. Mojito pues mojito. Cerveza pues cerveza. Ron con Coca Cola pues ron con Coca Cola… Pero no. Ya un día 10, después de que por tu cuerpo hayan pasado litros de diferentes tipos de bebida y un kilo de omeoprazol y almax es como para pensárselo. Y en ésas empiezas a dudar entre una caña con limón o un gin tonic. Y siempre, contra el sentido común, acaba ganando el gin tonic. Total, de perdidos al río. Y es que es verdad. Una vez superada la tremenda resaca y puesta a punto del día 6 al 7, luego se trata de suministrar al organismo el combustible justo para mantener la velocidad de crucero. Y eso que toda la hostelería se alía durante las fiestas con Alcohólicos Anónimos y se empeña en servir en esos vasos de plástico que, unidos a las temperaturas reinantes y la baja calidad del barril, convierten un zurito en lo más parecido a un bote de esos de muestra de análisis en el camino que va de la barra a la calle. Aunque en esto del beber para vivir y vivir para beber siempre ha habido clases. Y horas (ver #yoyasolosanferminesdía) ya que cristal, haberlo, haylo. Aunque por debajo de la clase media autóctona del katxi (qué importante es aprender la táctica del juego de las sillas al revés para evitar terminarlo tú porque además de las ultimas babillas te toca pedir…) y a mucha distancia de la jet set de las copas con brillo se encuentran los guiris del vinazo en tetra brik. Uf! Y lo pimplan como si fuera un rioja gran reserva… Sí, mucho informe Pisa para luego acabar con un pedo de Don Simón… Esto no es ninguna apología al consumo de alcohol que conste. También se pueden beber otras cosas. Si se tiene dinero claro. Porque es mucho más caro pedir refrescos, mostos, aquarius y demás que una ronda de cañas y vinos. Si no que se lo pregunten a los incautos atracados con una ronda de esas del medio día con 10 fritos y otras tantas consumiciones de menores de edad… Menos mal que hay otra formas de gestión colectiva del bebercio que lo hacen más económico y social. La bebida de los toros es una de ellas. Por suerte la sangría empieza a quedarse en algo simbólico y folclórico por recomendación de la sociedad europea de terapia digestiva y de Hemoal. Se va extendiendo el kubata XXL en auzolan. Esos cubos de los chinos superan en versatilidad a cualquier nevera portátil eléctrica de promoción en el Aldi o el Lidl. Sin cables ni nada oye. Y encima el servicio no precisa de carné de manipulación de alimentos. Se mete la mano (esa que ha cogido antes la almohadilla y a saber qué mas) en el pozal hasta que cubra (cuidado con los relojes que se echan a perder), se llena, se echa un hielo y listo. Herri-cocktelería… Y es lo mejor. Así ni piensas. Vozka con naranja y punto (.com). Que tiene vitaminas.