¿Cómo definiría el estilo del Hipólito?
Es un bar de barrio. De gente que vive por aquí al lado.
Un bar de barrio donde se escucha jazz en un ambiente que se escapa del concepto tradicional de este tipo de locales.
El que está detrás de la barra es importante, pero el bar lo hace la gente. La gente es la que te lleva; tú solo tienes que dirigirlo. Viene gente que organiza sesiones de películas, como un ciclo de cine mudo con música en directo, por ejemplo. Este mes tenemos un especial ópera y hubo un ciclo de abogados. En mayo prepararemos otro ciclo dedicado al Mayo del 68 y puede que hagamos un homenaje a Pasolini.
También es un punto de dinamización cultural de la zona.
No pretendemos eso. Lo que quiero es aprender y pasarlo lo mejor posible en este bar, lo que a veces no se lleva bien con la caja, pero lo prefiero así. Mi lucha es contra la televisión y contra la telefonía móvil, los wassap y demás. Me gustaría poder prohibir la telefonía móvil en el bar una vez entres dentro, que te olvides de él y que la gente charle y se vea a la cara; eso es lo importante.
Parar el tiempo.
El tiempo-espacio es mi máxima preocupación. El ahora es lo más importante, lo que estamos haciendo.
Con la crisis están desapareciendo muchos comercios. ¿El secreto de Hipólito son estas señas de identidad?
El secreto está en lo que tú priorices: si priorizas el dinero, el tiempo… Ese es el secreto y mi secreto es vivir el momento que estamos viviendo. No existe el mañana y no vivo el ayer.
Un presente continuo.
Sí. Yo respeto lo que tengo y procuro no estropearlo. Si tengo que colgarme algún galón es no tocar lo que está hecho.
¿Como los objetos que guarda el Hipólito?
No te puedes enganchar a ese tipo de sentimientos. Yo me empeñé en el cuadro de Tino Lorenzo y mi padre se empeñó en su día en el espejo. Todo lo que hay aquí tiene algo de relación o sentimiento con lo que es el bar o con lo que soy yo.
Músicos, pintores, poetas… ¿Cuánta gente ha pasado por este bar?
Han pasado varias generaciones, ahora estaremos en la tercera o la cuarta. Esta era una zona de referencia cuando se bajaba al centro. Si tienes una energía que no tenga mucho que ver con el dinero —es la rueda que hablábamos antes— todo se va acercando y va cayendo en su sitio, y lo que tiene que acontecer acontece.
Con la transformación que ha vivido el barrio, ¿se han convertido en una pequeña isla?
Puede ser, sobre todo, y más que nada, por no tener televisión; es lo que más te puede sorprender. En el futuro, el que esté aquí es el que va a formar el Hipólito. n