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NEZAHUALCÓYOTL, Méx.— El festejo del cumpleaños de Verónica Lucero terminó en tragedia. Ella y su esposo Mario Francisco murieron la madrugada del domingo en un bar de la colonia Benito Juárez.
Un comando armado ingresó al establecimiento y disparó contra los que ahí se encontraban. Los cuerpos de la pareja quedaron en el sitio adonde habían ido a celebrar en compañía de un hermano de ella y una prima de él.
La prima recibió un impacto de bala en el pie, pero ya fue dada de alta del hospital al que la trasladaron luego del ataque.
El hermano de Verónica salvó la vida al salir a fumar un cigarro a la calle en el instante en que varios hombres dispararon al bar Baby Coffe Karaoke, ubicado en la Cuarta Avenida.
Otras dos personas también resultaron lesionadas por los disparos que realizaron los sicarios, como llaman los familiares a los responsables del ataque.
La pareja dejó en la orfandad a dos pequeños de seis y un año de edad, a quienes los abuelos abrazaban mientras los cuerpos de sus padres estaban dentro de los féretros, antes de que los trasladarán al panteón.
Los ataudes estaban envueltos por una manta de la Virgen de Guadalupe, de la que eran fieles devotos los dos.
Una foto de la joven pareja se colocó entre los féretros, para que sus seres queridos les dieran el último adiós, mientras una guitarra y un acordeón tocaban las canciones que más les gustaban.
“Aquí en Neza ir a un antro es jugar a la ruleta rusa, como les pasó a mis hijos; ahí esta su festejo, para que vean que la delincuencia está bajando, pero baja de Michoacán hasta acá, y eso que el gobernador dijo que puso obstáculos para que no pasaran”, denunció el padre de Verónica Lucero, quien tenía 23 años de edad.
“Yo le digo a los sicarios que sus hijos comen con la sangre de nuestros hijos, ¿qué no les da asco?”, preguntó con coraje.