Imponen bares su ley

De 10 bares detectados en las calles Francisco I. Madero y Donato Guerra, de la Zona Centro, sólo cinco cuentan con permiso de uso de suelo.

En Madero se encuentran el Pizzas y Jazz, Ático, One Coffee, White Rabbit, G-Bar y Chumani. Estos dos últimos ya fueron clausurados por el Municipio.

En Donato Guerra se localizan el Mantra, El Piso, El Santo León y el Orange Live.

En una solicitud de información a través de Transparencia, AM pidió a la Dirección de Desarrollo Urbano los nombres de todos los antros de la zona que cuentan con licencia de uso de suelo.

Sin embargo, la dependencia municipal no proporcionó el nombre de los establecimientos, sino el de los beneficiarios.

Lo que se corroboró es que de siete establecimientos registrados en la dirección, cinco son bares y dos expendios de bebidas alcohólicas con permiso de uso de suelo.

Los beneficiarios de dichos establecimientos son Said Adrián Tomp Osnaya, a quien se le otorgó licencia el 17 de diciembre de 2013; Fátima Camarena Plascencia, 1 de octubre de 2013; Mario Alberto Arredondo Morales, 2 de septiembre de 2013; Elías Huerta Mojica, el 6 de febrero de 2013 y Luis Alfonso Villalobos Vázquez, 21 de enero de 2014.

Dichos centros nocturnos hicieron de las calles un lugar donde han impuesto sus propias leyes.

Lo que durante el día es una zona peatonal y comercial, durante la noche es un sitio aprovechado en su totalidad por dichos centros.

De acuerdo a denuncias que vecinos del área han manifestado en los últimos días, desde hace aproximadamente un año dichos lugares se han instalado para robar la tranquilidad.

Exceso de ruido, basura en las calles, autos estacionados en doble fila, han sido problemas reportados por los colonos.

Autos invaden calles

En un recorrido durante la madrugada, AM constató lo que cada fin de semana aqueja a los particulares que habitan la zona.

Por principio de cuentas, el tramo que abarca desde el Arco de la Calzada hasta la calle Donato Guerra, está convertido en un estacionamiento.

Más de un centenar de vehículos se observaron estacionados sobre las calles sin que sean molestados por autoridad alguna.

Incluso, frente al templo Expiatorio se observó a los coches en doble fila, además de taxistas que aparcan sus unidades de la misma manera haciendo base frente a los bares Ático y White Rabbit.

Lo mismo ocurre en la calle Donato Guerra, pues frente al bar Orange los taxis esperan la salida de clientes.

Entre 12 de la madrugada y 2:30, por la calle Madero no se observó presencia ni de la Policía Municipal, ni de Tránsito que sancionara a los automovilistas que se estacionan frente a la señalización que prohíbe hacerlo.

Molesta ruido

En este lapso, en la mayoría de los establecimientos contaban con un volumen que no excedía su área.

Un vecino precisó que desde la clausura del G-Bar, los negocios han tomado esta medida.

Sin embargo, en Donato Guerra los bares comparten el espacio con domicilios particulares, de los que han salido quejas de propietarios, principalmente por el volumen alto de la música.

Se corroboró que el volumen que salía del bar Mantra abarcaba al menos al área de las calles Francisco I. Madero hasta Pedro Moreno, o sea, más del ancho de una manzana completa.

Algunos de estos centros nocturnos no cuentan ni siquiera con una barda que los separe de domicilios particulares.

Después de las 2:30, durante el recorrido, solamente se pudo ver a una patrulla de la Policía Municipal que transitaba por la zona.

Falta cultura de prevención

Los centros nocturnos ubicados en las calles del Centro no cuentan con cultura de prevención, sostuvo el director general de Protección Civil, Crescencio Sánchez Abundis.

Esto, en referencia a quejas de vecinos de las calles Donato Guerra y Francisco I. Madero, quienes han asegurado que dichos negocios no cuentan con medidas de seguridad.

Sin embargo, dijo el director, la falta de cultura no se da solamente en los propietarios, sino también en los clientes.

“Un factor importante a considerar es la falta de cultura, no sólo del propietario para disponer o instalar, sino también veamos el otro lado, del usuario. Yo te aseguro que el usuario, si ve un extintor en el paso, dice: esto me estorba, quítalo, y lo quita”, dijo el funcionario.

“Si el usuario supiera, si se empapara desde el ámbito cultural y supiera que hay leyes, reglamentos, la misma ciudadanía puede decirle (al propietario): oye, te falta tu extintor, pero no, vamos con el fin de irnos a reventar, al relajo”.

Un ejemplo por parte de propietarios es que desde que se abre el negocio, éste no toma en cuenta las medidas de seguridad, agregó.

“El hecho de que se genere una inspección, es porque el señor no tuvo todo desde antes. Si en verdad tuviéramos un sentido de entender qué trascendente es tener la seguridad, desde que va a abrir tuviera todo perfectamente bien diseñado, estructurado”, comentó Sánchez Abundis.

El funcionario exhortó a dichos establecimientos a preocuparse por su seguridad.

“Tenemos mucho por hacer, ni vale la pena darnos de topes o creamos que está esto perdido, yo invitaría no nada más a estos establecimientos, sino a todos a que se preocupen un poco en materia de seguridad,

“Si a alguien le interesa su vida, y de lo que tiene invertido, que le apueste a la seguridad, que no es una inversión, no un gasto”, finalizó el director.

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