Aunque parezca increíble, Londres ya tiene el primer bar en el que el alcohol no se bebe sino que se respira.
Al nuevo local cuenta con la peculiaridad de que las bebidas alcohólicas se vaporizan con ayuda de pontentes humidificadores, de modo que el alcohol llega al torrente sanguíneo de los clientes a través de sus ojos y su nariz.
Para entrar al antiguo monasterio de Londres en Borough Market donde se construyó el bar hay que pagar 14 euros. Y los carteles no recomiendan beber con moderación, sino respirar con moderación.
En la mezcla que se respira en el ambiente, el bar prepara los gyntonic con una proporción de uno de ginebra y tres de tónica.
Uno de los requisitos es ponerse un impermeable para evitar que el 140% de humedad que hay en el ambiente empape la ropa.
Sólo se puede permanecer dentro del local una hora porque dicho tiempo equivale a una consumición alcohólica muy cargada.