J. Monroy | TOLEDO
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La creación de un nuevo bar de copas en la plaza Juan de Mariana no está pasando desapercibida en la ciudad, por cuanto no sólo ha modificado la fachada de la histórica manzana del convento de Madre de Dios, sino que incluso ha transformado el firme de la plaza. La actuación ha elevado considerablemente la altura de la esquina, donde existe una fuente pública y un árbol centenario, y en el que hasta ahora había un aparcamiento reservado para motocicletas, todo ello con una prominente rampa que lleva hasta la puerta del local. Tanto Iniciativa Ciudadana como la Real Fundación Toledo se han puesto en contacto con el Ayuntamiento para denunciar estas situaciones y pedir explicaciones sobre la licencia.
El Ayuntamiento, explica Hilario Alarcón, portavoz de Iniciativa, concedió a principios de mes licencia a la empresa Hosteleros del Casco (propietaria también de los vecinos negocios Kumera y La Flor de la Esquina) para comenzar la obra de otro nuevo bar en un espacio desgajado del local de La Provisoría, en plena manzana del convento Madre de Dios. Allí Iniciativa ya ve la primera irregularidad, dado que a esa fecha ya habían pasado varias semanas de obra. «Desde nuestro punto de vista, sin licencia aprobada, en teoría no podía empezar la ejecución de la obra, aunque la costumbre dicte lo contrario, pero teniendo en cuenta que la obra afecta a una manzana de valor singular, al menos debería haberse respetado eso», explica Alarcón.
A partir de ahí, Iniciativa observó la apertura del muro situado en la plaza, «y ante nuestra sorpresa, las obras se han trasladado a la calle, y están modificando con un criterio privado un espacio público, como es el rincón donde hay una fuente pública monumental, reparada hace poco por la Real Fundación Toledo y un árbol centenario que está en lo s listados de los libros de la flora singular de Toledo», lo que le parece «un escándalo, porque no se puede permitir a cada persona que solicita una licencia de obra modificar el lado más cercano de su calle, sería nulo y un caos».
Ante estas circunstancias, Iniciativa se ha dirigido al Ayuntamiento, dado que desconoce qué tipo de permiso puede tener la obra. A su juicio, aunque se pueda disfrutar de reforma, el empresario privado va a buscar su beneficio en el espacio público, y no una mejora de la calle, «no va a poner un banco, por ejemplo, sino que está adecuando el espacio para facilitar el acceso a su local y dotar al lugar de elementos arquitectónicos que den la imagen de entrada, vestíbulo o atrio a su negocio».
El colectivo ciudadano no ha visto al menos ninguna autorización especial del Consistorio para que esta empresa ejecute una obra en la vía pública, y eso que el único órgano competente para hacerlo sería la Junta de Gobierno Local. La alternativa, advierte Alarcón, es que este permiso se incluyera en la licencia de obras del local, «pero nosotros entendemos que en ese caso sería ilegal y nulo de pleno derecho, porque no se puede incluir en una licencia de obra de un local una autorización para alterar para beneficio privado el espacio público de calles y plazas». En consecuencia, «desde nuestro punto de vista, si esa autorización no existe, debería sancionarse, y si la licencia incluye la modificación de la calle, es nula de pleno derecho, e incluso debería abrirse un expediente de investigación».
Iniciativa sabe que tras su denuncia verbal, el Ayuntamiento ha mandado a un inspector de obras. Pero todavía no ha recibido respuesta alguna, mientras continúa la transformación, ha subido el nivel de la calle y se ha alterado la vía pública invadiendo aceras.

Real Fundación. Por su parte, la Real Fundación Toledo también se ha dirigido al Ayuntamiento para pedir explicaciones tanto por el agujero en la fachada, como por la ocupación de vía pública. Hace varias semanas que el presidente de este organismo, Juan Ignacio de Mesa, se quedó asombrado por el enorme hueco que se ha abierto en la pared del local. «Aunque no sea un paramento histórico y tradicional, nos sorprende que de golpe y porrazo se abra con tanta facilidad», explica. A su juicio, abrir un muro en Toledo de esa manera «me parece como mínimo, irresponsable, no se puede tirar un muro de estas características sin previamente saber lo que se va a hacer, y además, con una modificación interior como la que se ha hecho». Lo curioso, advierte de Mesa, es que desde que realizó la denuncia, los encargados de la obra han colocado unas mamparas en esta entrada de la obra, para evitar que nadie pueda ver lo que hay en su interior.
Ahora la Fundación también se ve sorprendida por la elevación y el alcornoque que hay alrededor del árbol, «porque lo de la ocupación de la vía pública en el Casco es ya una cosa que clama al cielo».
En definitiva, de Mesa se muestra muy sorprendido por lo que está ocurriendo con este local, «pero la capacidad de sorpresa en Toledo logramos no perderla, lo cual viene muy bien para tener intelectualmente bien formada la cabeza, siempre logran que tengamos otro elemento de sorpresa que todavía mejora el último que hemos tenido», ironiza.